Artículo de A.N. Khokhólikov, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Federación de Rusia en la República de Nicaragua y concurrente en la República de El Salvador y la República de Honduras
El día 3 de junio del año 1992 la Federación de Rusia y la República de El Salvador establecieron relaciones diplomáticas. Es simbólico que este gran paso hacia la formalización de un vínculo oficial entre las dos naciones se realizó en el año crucial para la historia de El Salvador – la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México, el pacto que puso fin a la guerra civil y aportó las bases para una paz duradera y el desarrollo posterior del país centroamericano.
Durante estas tres décadas las relaciones ruso-salvadoreñas se han caracterizado por períodos de diversa intensidad, hubo altibajos, pero nunca fueron interrumpidos. Nuestros vínculos han seguido creciendo a pesar del predominio ideológico de Estados Unidos en casi todo el istmo centroamericano y su activa aplicación de la renovada “Doctrina Monroe” en la región. Durante este período hemos consolidado nuestro diálogo político, hemos desarrollado la cooperación comercial, económica y de inversión, la interacción sobre los temas de seguridad, cultura y asuntos humanitarios. El Salvador se convirtió en un socio importante de Rusia en Centroamérica y apreciamos el nivel de cooperación alcanzado.
Hoy en día mantenemos contactos políticos fluidos a diferentes niveles. Estamos agradecidos al Gobierno de El Salvador por haber tomado la posición equilibrada, neutral e independiente en la coyuntura global actual. Quiero subrayar que Rusia siempre está abierta al diálogo y cooperación.
Consideramos que es muy importante desarrollar las relaciones no sólo bilaterales, sino también multilaterales. De manera constructiva se estableció nuestra asociación en las plataformas internacionales y regionales clave, como la ONU y el Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Nos apoyamos mutuamente en la votación de candidatos en el marco de varios órganos y estructuras de la ONU. Las posiciones de Rusia y El Salvador sobre los temas de actualidad en la agenda internacional coinciden en gran medida o son muy cercanas. Nuestros países condenan enérgicamente cualquier manifestación de racismo, xenofobia, neonazismo, así como la discriminación por motivos de nacionalidad, lengua o religión, consideran necesario combatir la glorificación del nazismo, la revisión de los resultados de la Segunda Guerra Mundial y la falsificación de la historia. Indudablemente existen ciertas divergencias en nuestras relaciones políticas bilaterales, así como diferentes opiniones sobre los acontecimientos que tienen lugar en el mundo moderno. Quiero enfatizar que esto es absolutamente normal. Y aquí nuestros gobiernos deben actuar con destreza, buscando opciones mutuamente aceptables, mostrando la voluntad de las partes para persuadir y negociar.
Nuestros lazos económicos se desarrollan progresivamente, aunque, sin duda, están sujetos a la influencia de las tendencias y coyunturas mundiales. Apreciamos la postura de El Salvador referente a las ilegales sanciones económicas unilaterales contra Rusia. El comercio entre ambas naciones el año pasado se septuplicó, alcanzando 83 millones de dólares y sigue creciendo. Es obvio que el potencial en esta dirección es bastante significativo, ya que la estructura de nuestro comercio es complementaria y los consumidores rusos definitivamente demandarán café, cacao, ron y azúcar salvadoreños de primera clase.
Estoy convencido de que nuestros países tienen buenas oportunidades en cooperación e intercambio de mejores prácticas en las esferas de innovación y tecnologías modernas. Por ejemplo, recientemente se han establecido contactos bilaterales que pueden servir al desarrollo científico-técnico del país en el campo del uso de la energía atómica con fines pacíficos, inclusive en la esfera de salud, producción agropecuaria, etc. En Rusia seguiremos con gran interés la experiencia progresiva de El Salvador en el tema del uso de criptomonedas en la economía nacional y la creación de la infraestructura correspondiente.
Estamos interesados en diversificar nuestras relaciones comerciales, económicas y de inversión y en ese sentido esperamos la reciprocidad del lado salvadoreño. Para lograr este objetivo, en 2021, con el apoyo de la Embajada, se creó la Cámara de Comercio Ruso-Salvadoreña, cuya tarea es establecer contactos útiles con estructuras rusas especializadas en exportaciones para posicionar mejor los productos nacionales en la región.
Seguiremos promoviendo la participación de empresas rusas en grandes proyectos realizados en El Salvador, ya que tenemos una experiencia exitosa de la compañía de construcción de maquinaria industrial especial «Tyazhmash», que está operando en la edificación de la central hidroeléctrica “El 2 de febrero” en Chaparral.
Existe un gran potencial para el desarrollo de la cooperación en el ámbito de la seguridad, la lucha contra el terrorismo internacional, el tráfico de drogas, la delincuencia organizada transfronteriza, otros desafíos y amenazas modernos.
Los lazos son cada vez mayores en los campos de la educación y la cultura. Desde 2014 más de 230 jóvenes salvadoreños fueron beneficiados del Programa de becas ofrecidas por el Gobierno ruso y realizaron sus estudios superiores en nuestro país. La cuota anual para El Salvador supera 35 becas. El número de solicitantes aumenta constantemente.
También nos enfocamos en los contactos interuniversitarios. Recientemente se establecieron las bases para el desarrollo de la cooperación académica, científica y técnica con la Universidad de El Salvador y la Universidad Tecnológica, incluso en las investigaciones relacionadas con el Espacio Ultraterrestre.
Las últimas tres décadas de las relaciones bilaterales demostraron que a pesar de la gran distancia geográfica entre Rusia y El Salvador nos unen muchas cosas: la riqueza cultural, étnica, lingüística y de tradiciones, historia multisecular, fe cristiana. Esta es una buena base para una cooperación fructífera, el entendimiento, acercamiento y enriquecimiento mutuo de los pueblos de los dos países. En este sentido seguiremos promoviendo el diálogo constructivo con el Gobierno de El Salvador, encabezado por el Presidente Nayib Bukele, en todos los ámbitos en beneficio del progreso, estabilidad, seguridad y bienestar de ambas naciones.