La Iglesia Católica está basada en un principio de autoridad, que expresa un sentido de unidad estructural, esta situación es clave en la comprensión de la dinámica institucional. La Santa Sede involucra un poder temporal y un poder espiritual. Ello es importante para entender por qué es una Iglesia, a la vez que un Estado.
Por: Elio Masferrer Kan*
La única monarquía absoluta de base teocrática en Europa, donde el papa designa a quienes nombraran su sucesor, con el detalle es que prácticamente no puede destituir a los establecidos por su antecesor. Debe reconocer el principio de sucesión apostólica, lo único que puede hacer es jubilarlos al cumplir la edad reglamentaria, 75 años para los obispos, 80 para los cardenales con derecho a voto. Excepto que compruebe una falta gravísima: pederastia o robo de la propiedad de la Iglesia.
Durante muchos años los cardenales europeos y particularmente italianos eran abrumadora mayoría, después de la muerte de Juan Pablo I y la designación del primer papa polaco, Juan Pablo II se inició un proceso de cambios en el Vaticano, que lentamente transformó el poder en la Iglesia. Perdieron poder los italianos y su sucesor fue un alemán. Con la designación de Francisco, el primer papa latinoamericano, se inició una nueva etapa de descentralización de la Iglesia, reflejo evidente de la pérdida de presencia de las religiones en Europa y el ascenso de la increencia, el ateísmo y el agnosticismo.
El catolicismo tiene una fuerte presencia en América, a pesar que está perdiendo feligreses y su mayor potencial de crecimiento está en Asia y África, aunque allí es minoritaria. Previo a la designación hubo una serie de exposiciones donde los candidatos hicieron una ronda de ponencias programáticas. Jorge Mario Bergoglio, el único jesuita con derecho a voto propuso una iglesia abierta, que abandonara la auto referencialidad y más incluyente. Con ese programa llegó Francisco y lo mantiene.
Convocó a sínodos (reuniones) de los obispos con distintas temáticas, el más reciente fue el de la Amazonía, donde pudo percibir las inercias institucionales y la resistencia al cambio en la jerarquía eclesiástica. Por otra parte, la potente Iglesia alemana y la austriaca le exigen cambios profundos; celibato sacerdotal y sacerdocio femenino, algo similar plantean sectores de la iglesia en Cataluña.
Francisco sabe que si convoca a un Concilio Vaticano lo pierde pues la mayoría de los obispos son conservadores y fueron designados por sus antecesores, su estrategia es aislar a los obispos, por un lado llama a todos los fieles bautizados a una discusión sobre el futuro de la Iglesia, la declara del estado de sinodalidad, que implica una situación de asamblea y simultáneamente desmantela el Consejo de Cardenales de mayoría conservadora y sustituye a los que se jubilan por progresistas que vienen de todos los rincones del mundo: Mongolia, Tonga, Nigeria, Ruanda, Corea, Japón, Perú, Paraguay, India, Indonesia, a la vez que incrementa las cifras de jesuitas, salesianos y franciscanos. Ahora, 83 de los 132 cardenales con voto han sido designados por Francisco.
El siguiente paso que tiene programado para el 27 de agosto es la designación de nuevos cardenales y el 28 y 29 de ese mismo mes, cita por primera vez a un Consejo de Cardenales.
Sus enemigos están orando para que aproveche este cónclave para que renuncie y se designe un sucesor mas relacionado con sus intereses, terminando así con el pontificado de Francisco, una pesadilla para los conservadores. Nada más lejos de lo posible. Teniendo en cuenta los estilos el Papa su preocupación es que los cardenales ratifiquen su política y de alguna manera le den mas fuerza para poner en cintura a la Jerarquía conservadora. Preparémonos para ver en los próximos meses importantes cambios en la orientación de la Iglesia en materia de celibato sacerdotal y el papel de los laicos y las mujeres en la Iglesia.
Simultáneamente lanzó una serie de gestos que harían pensar en una probable renuncia al Pontificado y a su vez la convocatoria del Consistorio el 27 y el Conclave del 28 y 29 haría pensar a sus enemigos en una inminente renuncia. La hipótesis está fundada en el problema de la rodilla que le impide caminar y debe desplazarse en silla de ruedas. Estos argumentos son elementales y simplistas, “no se cambia de caballo en el medio del río” propone un dicho popular. Francisco es un hombre que lucha por un programa: sacar a la Iglesia de la crisis y sabe perfectamente que los hombres de acción descansan en la tumba.
*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH