Fiesta de la vida

Colombia, ese país del que Gabriel García Márquez dijo que tiene un pie en El Caribe y el otro en los Andes, cruzó este domingo el umbral de un mundo nuevo cuando de manera inobjetable eligió al primer gobierno progresista en su historia, encabezado por Gustavo Petro y Francia Márquez.

Por: Guillermo Alvarado

Se hizo por fin realidad el sueño por el que dieron la vida Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro y miles, decenas, cientos de miles de los que soñaron que alguna vez un día como este iba a ocurrir en la nación sudamericana.

De acuerdo con los datos oficiales, Petro y su compañera de fórmula alcanzaron el 50,5 por ciento de los sufragios impulsados por el Pacto Histórico, una coalición donde se congregaron fuerzas progresistas, de izquierda, defensoras de los derechos humanos y el medio ambiente.

El millonario Rodolfo Hernández, detrás de quien se agruparon los partidos políticos tradicionales, quedó con 47,3 puntos y al final de la tarde del domingo tuvo que reconocer su derrota.

Apenas conocido el resultado Petro dijo por las redes sociales que “Hoy es un día de fiesta para el pueblo, que festeje la primera victoria popular”.

Numerosos videos mostraron en efecto cómo las plazas en las ciudades, grandes y pequeñas, se fueron llenando de una multitud de colombianos felices de que por fin la paz y la vida pueden estar al alcance de la mano.

Ya lo había dicho días antes la hoy vicepresidente electa Francia Márquez, y lo repito con un gran gusto, que en esos comicios estaban en juego la dignidad, los derechos humanos de las capas medias y bajas de la sociedad, la institucionalidad y la democracia, es decir, la vida.

Por supuesto que el entusiasmo no permite olvidar todas las dificultades que vendrán luego, y quizás antes, del 7 de agosto cuando Iván Duque entregue el poder a las nuevas autoridades.

Es imposible que en el tiempo del próximo mandato se resuelvan todos los problemas y sanen las heridas abiertas durante décadas, pero serán los primeros escalones hacia el futuro, hacia la reconciliación nacional, esa que no nace de papeles firmados sino de acciones concretas.

A quienes pretendan obstaculizar el programa de Gustavo Petro, conviene recordarles la “Oración por la paz”, formulada por Gaitán poco antes de ser asesinado y que fue dirigida al gobierno represor de Mariano Ospina:

“Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este piso sagrado. Pero somos capaces, señor Presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia….»

Fuente: Radio Habana Cuba

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