El Ciprés y el naranjo

Recientemente, mientras cortaba algunas rosas para engalanar el día, vino un profundo zumbido de oídos, no entendía qué pasaba, poco a poco todo se fue desvaneciendo y a lo lejos, muy a lo lejos escuchaba un cuchicheo que provenía de un naranjo que quizá, creyendo que yo no escuchaba le decía al ciprés

Por: Francisco Parada Walsh*

¡Buenos días Señor Ciprés, que delicia de aroma matinal la que usted despide! Es el Señor Ciprés que responde: Buenas las que le adornan Doña Naranja, al contrario, su olor hace que mis ramas se pongan erizas; es Doña Naranja, que un poco ruborizada no puede ocultar el gozo ante tal cortejo y abriendo sus blancas flores, quizá a propósito hace que su fragancia sea más notoria.

El Señor Ciprés trataba de querer aparentar un elegante porte a pesar de los años que marcaban su vida, aun, el espigado ciprés quería parecer más alto y frondoso de lo que realmente era, intentaba sacar el pecho; es Doña Naranja que, sabedora que el Señor Ciprés siempre la ha cortejado y aprovechando la oportunidad le dice: ¡Mi Señor Ciprés, mi eterno vecino, al fin que tenemos tiempos de hablar a solas, sepa que siempre me he sentido atraída por su elegancia y fino porte! no había terminado de hablar Doña Naranja cuando el Señor Ciprés la interrumpe, parece tener la mirada perdida, o quizá viendo hacia la eternidad.

Y le dice que a pesar de su exquisita fragancia, no es feliz, pues debe convertirse en una sencilla corona que acompañará a alguna desdichada alma que el averno pidió; es Doña Naranja quien lo increpa ¿El averno? Cuidado con sus palabras Señor Ciprés, tómelo con todo respeto pero me da la impresión que usted no cree en es maravilloso dios que nos ha creado, que conste, solo él da y quita la vida y por favor, no me asuste mencionando al infierno.

Es el Señor Ciprés que no puede ocultar que su opinión pareció confundir a su vecina y no disimula una sonora carcajada y con un tono más mesurado le dice que debido a que su único objetivo en esta vida es servir de aroma cuando muere una persona y que tal labor lo tiene hastiado; parecen que lágrimas bajan por las mejillas del Señor Ciprés y entre sollozos y en un tono poco audible dice que, él es el perfume de los muertos pobres y que rosas, jazmines y orquídeas son las fragancias de los pobres ricos muertos, que aun, en el final de la vida, siempre hay diferencias bien marcadas entre los llamados al más allá, y debo decirle Doña Naranja que, harto estoy de ver muertos ricos y pobres y sepa, que no nos llevamos nada, aun, mi ser, que apenas soy una sencilla corona, termina en el basurero y debo ser enfático, los afanes de la vida, riquezas y noblezas son para mí el hazme reír.

Reyes he visto caer fulminados y en mi eterna labor, todos tenemos el mismo final; poco importa si usted fue buena, poco cambia su destino si usted fue mala, lo único que tiene seguro es que, debe saber que el cielo y el infierno se viven en esta vida, no espere a escuchar una voz que retumbe, no, no hay un mas allá, todo es aquí y así como usted ha regalado lo más sabrosos frutos a tantos desagradecidos, todo queda aquí, y le haré una pregunta, espero no incomodarla ¿De dónde vienen sus nutrientes, abonos y demás?

No son más que todos esos muertos pobres y ricos, que creyeron en un dios, en un cielo y apenas, apenas sirven de abono, al fin, algo deben regresar a la tierra que los vio nacer, de usted sirvieron deliciosos licuados y no me diga que en más de alguna acaudalada familia sus sabrosos gajos acompañaban la sobre mesa y esas largas tertulias; de mí, siempre los pobres me han buscado, sea para calentar el guiso, o simplemente para que mi madera sirva para elaborar algún sencillo mueble, así, que no espere nada de nadie, todo queda acá, nada nos llevaremos.

Doña Naranja, no parece confundida, al contrario, su atención es total y pinchándose la yema de una rama le dice que, tiene toda la razón, que todos somos iguales, que todos formamos parte de un mundo cada día más mezquino y que, aun, da más de lo que recibe.

*Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.