“Quien engañe, encontrará siempre quien se deje engañar, todos verán lo que aparenta y pocos lo que es, y estos pocos no se atreverán a ponerse en contra de la mayoría.” [Que no sea así entre nosotros] Nicolás Maquiavelo
Lo más usual en la gestión de este Gobierno ha sido el establecimiento de la mentira como política pública, es decir, se intenta representar lo irreal con supuestas acciones concretas. Los ejemplos de esto sobran, como la existencia de un ciudad llamada “Surf City” o la “Bitcoin City” y el reiterado discurso de que somos un ejemplo para el mundo en el manejo de la pandemia. La mentira y la creación de ilusiones y/o fantasías no son más que una estrategia de propaganda política que busca que la población evada o escape de la realidad que la golpea. Esta estrategia de escapismo -que usa la propaganda a diario- nos la mostró el mismo presidente en un tuit reciente en el que se pronunció sobre la caída del precio del bitcóin:
«Veo que algunas personas están preocupadas o ansiosas por el precio de mercado del bitcóin [la cruda realidad]. Mi consejo: deja de mirar el gráfico y disfruta de la vida [el escape de la realidad]. Si invirtió en BTC, su inversión es segura y su valor crecerá enormemente después del mercado bajista» [el refuerzo de la Ilusión].
La forma más común de escapar de la realidad, cuando esta sale a flote y no se puede ocultar, es trasladar a la población a una situación ilusoria mediante la propaganda gubernamental. La realidad es que el bitcóin es un fracaso en el país, ya que no cumplió con sus objetivos principales: no fue adoptada como moneda de curso legal, el mecanismo de envío de las remesas no cambió y sigue haciéndose de la manera tradicional (sin usar la Chivo Wallet, a través de bancos y otros servicios de envíos de remesas). Además, se estima que, a causa de la devaluación del bitcóin, el país ha perdido alrededor de $60 millones de la inversión que el Gobierno realizó para comprar las criptomonedas. Tampoco nadie rinde cuentas de los millones gastados en implementar el proyecto de la billetera gubernamental, Chivo Wallet, ni de los millones trasladados a la población en concepto de incentivos para que utilizaran la Chivo Wallet.
El mecanismo del Gobierno de Bukele para “escapar” de la realidad ha sido el de ocultar la información importante a la población e ignorar los hechos, por eso Bukele insiste en el “deja de mirar el gráfico”. De esta manera, el presidente escapa de la realidad y presenta luego un mundo irreal “su inversión es segura y su valor crecerá“. La alta popularidad de Bukele se basa precisamente en hacer que la gente “viva” en un mundo de fantasía. Lo peligroso de escapar de la realidad es que conduce a un autoengaño ya que los problemas siguen estando presentes en la realidad y se agudizan con el paso del tiempo. Esto sucede, por ejemplo, con el problema de la migración irregular de salvadoreños hacia los Estados Unidos, que ha crecido desproporcionadamente: los salvadoreños detenidos por la Patrulla Fronteriza de ese país se incrementaron en un año de 50,744 a 67,006. También la muerte, en el mes de mayo, de un migrante salvadoreño y de su hijo de 7 años, al intentar cruzar el río Suchiate (entre Guatemala y México) fueron ignorados por los medios de propaganda de este Gobierno. La realidad es que durante la gestión del presidente Bukele la migración irregular de salvadoreños ha crecido, lo que estaría indicando que la situación económica y la inseguridad en el país siguen expulsando salvadoreños, aunque el gobierno oculte la información.
De igual forma, es habitual en este Gobierno que se busquen justificaciones ficticias para ocultar la realidad. Este ha sido el caso del ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, quien dijo recientemente que «la inflación no es un fenómeno matemático. Es más bien un fenómeno psicológico”. La realidad es que hay una preocupación de la población por el alza de precios de todas las materias primas, especialmente de los precios de la canasta básica de alimentos y se trata de ocultar con una justificación mentirosa.
Presentar lo irreal como verdad es una constante en este Gobierno, por lo que la lucha contra el autoengaño y el escapismo debe ser constante. Aquí es importante que la población busque información confiable para tomar sus propias decisiones y no dejarse llevar por la mentira y el discurso propagandístico.
* Artículo publicado en el boletín Proceso N.° 94.