El levantamiento indígena y popular en Ecuador inició el 13 de junio de 2022 con bloqueos de vías en lugares claves a lo largo de la Panamericana, carretera principal que atraviesa la Sierra ecuatoriana por parte de comunidades indígenas para sumarse luego comunidades indígenas y campesinos de la Amazonía y la Costa ecuatoriana, los sectores populares de las ciudades, ciertos gremios urbanos y transportistas. Desde Quito, el levantamiento indígena se extendió tuvo más fuerza.
Por: Julián Guamán
Las principales organizaciones indígenas convocantes de las movilizaciones son la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (FEINE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN). Entre las causas estructurales y coyunturales de este levantamiento son: la profundización de la pobreza y desigualdad, el desempleo, la corrupción e impunidad, el aumento de violencia por diversos motivos, y el incumplimiento de parte del Estado para la vigencia real de los derechos colectivos.
Además, los factores como el incremento de precios de combustible, de insumos para la producción agrícola y productos básicos de consumo importados y los bajos precios de los productos agrícolas producidos por indígenas y campesinos – resultado de las políticas de los gobiernos neoliberales y extractivistas- motivaron las movilizaciones indígena-campesinos. Basta un solo ejemplo: A principios de este año, el 32% de los ecuatorianos/as se hallaban en la pobreza y más del 14% de la población se hallaban en la extrema pobreza. Más o menos, sólo el 33% de ecuatorianos tenían empleo adecuado; el resto, en desempleo o en trabajo precio. Pero estas cifras, en el sector indígena, afrodescendiente y campesino sobrepasan el 50%.
El movimiento indígena ecuatoriano (CONAIE, FEINE, FENOCIN) se moviliza sobre la base de 10 puntos de demanda, las cuales son: reducción del precio de combustibles, moratoria y renegociación de deudas de campesinos en el sistema financiero, precios justos de los productos del campo, empleo y respecto a derechos laborales, moratoria de la expansión extractiva minera y petrolera, respeto de los derechos colectivos, abandono a las privatizaciones, control de precios y la especulación de productos de primera necesidad, presupuesto para la salud y educción, y políticas de seguridad ante la ola de violencia
Ante las movilizaciones indígena-popular, el gobierno neoliberal de Guillermo Lasso ha respondido con represión y cierto sector de la clase alta y media ha vertido expresiones de odio y racismo y ha realizado “marchas por la paz” con el resguardo de la policía nacional. El gobierno promulgó tres decretos ejecutivos que han limitado las libertades de circulación y de reunión y los derechos conexos; y con ello, ha reprimido a los pueblos movilizados y consecuencia de ello son los cientos de detenidos, heridos y cinco fallecidos.
Un actor del actual levantamiento indígena es la FEINE. Esta organización agrupa unas dos mil comunidades/iglesias indígenas evangelicales organizadas en diecisiete organizaciones de ámbito provincial. Su primera organización se estableció 1966 y la FEINE en 1980. Sus bases se hallan en comunidades a lo largo de la Sierra ecuatoriana asentadas junto a la Panamericana. Del mismo modo, la presencia indígena evangélica en la Amazonía ecuatoriana es notoria. Además, un grueso de la población indígena evangélica habita en las ciudades más pobladas de Guayaquil, Quito, Riobamba, Ambato, entre otras.
En la FEINE, independiente de sus motivos religiosos, los objetivos sociales han sido también su motor desde sus comienzos. Ya en los años 60 sus bases lucharon por acceso a tierras y desde comienzos del 90 por los derechos sociales. Ha participado en los grandes levantamientos indígenas de 1990, 1994, 2000, 2019 y 2022. Estos levantamientos han doblegado a los gobiernos de turno y éstos han tenido que modificar sus políticas o caso contrario han sido destituidos en tres casos. Sus miembros han salido a los levantamientos, han bloqueado las vías, han realizado marchas en las ciudades, han protestado; su población asentada y organizada en ciudades son las que receptan productos, preparan la comida y distribuyen los alimentos elaborados, proveen de agua, y medicina a los levantados. La presencia de indígenas evangélicos en lugares estratégicos y la vida organizada de indígenas evangélicos en las ciudades son aspectos claves para la resistencia de los pueblos durante las jornadas de movilizaciones. Además, entre los varios asesinados, heridos y detenidos por represión de los gobiernos han sido también de las filas de indígenas evangélicos.
La FEINE y sus bases han jugado y juegan un rol importante para el movimiento indígena y en particular para las movilizaciones por su conciencia social, por su capacidad organizativa y por hallarse en lugares estratégicos tanto en las zonas rurales como en las ciudades. Han sido actores de las movilizaciones levantándose, proveyendo de alimentos y acogiendo en sus comunidades/iglesias.
La FEINE y demás organizaciones indígenas que protagonizan este levantamiento, en el 18 día de paralizaciones, han iniciado un proceso de diálogo con el gobierno, con la esperanza de resultados positivos de los 10 puntos planteados. Al parecer el anuncio de masiva resistencia y movilizaciones indígenas, las presiones de grupos económicos que han expresado sus pérdidas económicas, la presión de organizaciones de derechos humanos, y de colectivos organizados, han hecho que el gobierno retome el diálogo. Esperemos que este diálogo traiga algo de justicia y una paz duradera.