Una roca impactó contra el gran James Webb, lo que sirvió para demostrar que está preparado para enfrentar incidentes de tal calibre. Sin embargo, el impacto preocupó a los ingenieros debido a que fue mayor de lo previsto y por este motivo la investigación ha de seguir en curso.
Después de finalizar la alineación y el despliegue de sus espejos, el telescopio espacial está en vías de culminar sus últimos detalles de ajuste a nivel de lo que son todos sus instrumentos. Una vez que termine la fase final se podrá apreciar sus primeras imágenes completamente a color.
Se prevé que esto suceda el 12 de julio. Por el momento solo resta esperar a que se mantenga sano y salvo, pero según lo observado es probable que este gigante de los telescopios esté más que preparado para lidiar con este tipo de inconvenientes.
De todas formas, los creadores fueron conscientes desde el primer instante que, una vez en su destino, en el punto de Lagrange 2 (L2), podría verse expuesto al impacto de pequeñas rocas que alterarían sus instrumentos o espejos. Por esto, el James Webb fue preparado frente a todo tipo de accidentes. No solo cuenta con resistencia, sino que además es capaz de volver a alinear sus espejos en caso de que estos sufran algún desvío tras el choque de rocas o polvo espacial.
Los impactos iniciales no tardaron mucho en llegar, puesto que este gran telescopio ya tuvo inconvenientes previamente con tres rocas. Aunque claro está que ahora el incidente fue más grave de lo previsto, factor que alteró un poco a los ingenieros, colocándolos frente a una situación de alarma. Por fortuna, el telescopio no alcanzó a recibir ningún daño significativo, y el trabajo continúa en función a su calendario habitual.
El famoso y espacial James Webb se encuentra listo para todo, puesto que es capaz de tolerar sin problema alguno la exposición constante a radiaciones cósmicas que podrían acabar por alterar sus componentes.
Según explican desde Science Alert, su antecesor, el Hubble, ha sufrido impactos de manera constante, pero existe una gran diferencia entre ambos pues el James Webb está ubicado a una mayor distancia, razón por la cual no es posible que los científicos puedan acercarse físicamente a realizar las reparaciones necesarias.
Durante su diseño se llevaron a cabo simulaciones y pruebas físicas sobre el impacto de las partículas rocosas del tamaño del polvo espacial a gran velocidad; de manera que llevaron a cabo los ajustes necesarios para el óptimo funcionamiento del James Webb tras los accidentes transcurridos.
Su nivel de preparación es altamente elevado. Se estima que lograría salir ileso de un bombardeo como el de una lluvia de meteoros. Es que estos fenómenos son capaces de predecir, lo cual deja un marco de prevención lo suficientemente alto como para proteger el telescopio. Aún no se ha enfrentado contra algo de este estilo, pero llegado el momento no hay mucho de qué temer.
La primera roca que impactó al James Webb fue la de mayor tamaño, y aunque no se sabe con exactitud la fecha, se cree que fue entre el 23 y 25 de mayo. El impacto no causó daños, aunque fue mayor de lo esperado.
… la clave
Los científicos tienen planeado estudiar con profundidad el impacto a fin de conocer mejor el entorno del L2 y efectuar mejoras a futuro. Las circunstancias se presentan optimistas puesto que no se vieron daños mayores y el próximo mes veremos ya las increíbles imágenes tan esperadas.