Estamos avanzando rápidamente en la violación al derecho al trabajo, para centros de trabajo como las conocidas maquilas, las cadenas de suministros, así como los contratos para la confección de prendas de vestir e indumentarias han caído en una supuesta crisis de producción, lo que en términos reales es despido de personas trabajadoras que se quedan sin el sustento diario propio y para sus familias.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
En esto la supuesta causal es que los costos inflacionarios en la USA y en consecuencia los mercados tienden a restringir los pedidos y procesos de producción, en tanto afecta las ventas—el consumidor común y corriente—no compra y el proceso de producción y comercialización se ve estancado.
Lo que conlleva a que dentro de la línea de producción es la plantilla laboral la que es afectada negativamente, dejando sin empleo a muchas personas que no ven otra opción, truncando sus planes de vida, pasando a engrosar las ya grandes listas de sub empleados y desempleados.
¿Y los sindicatos, propios en esas empresas que siguen siendo muy débiles en desarrollo organizativo, qué hacen para enfrentar esas medidas y acciones empresariales que afectan la estabilidad laboral y el propio derecho al trabajo?
En primera instancia la noticia de despidos cae como bomba en el centro de trabajo y empresa afectada, los departamentos en lo que es la producción se ven golpeados por el recorte de personal, ¿cuál es entonces la valoración que se hace en toda esta incertidumbre laboral que se provoca?
Seré yo, estoy en la lista, y la rumorología conveniente para la empresa empieza a actuar, se agrega la falta de información empresarial y los avisos son escasos, la llamada a recursos humanos, por parlantes u otras vías de contacto, pone los nervios de punta, y la incertidumbre crece, va creándose un conformismo en lo sicológico, y los grupos laborales empiezan a ver culpables por todos lados, es por culpa del sindicato o el sindicato no hace nada y sin estar afiliado lo expresan sin ninguna conciencia.
En mucho del problema, es la patronal que escasamente dialoga con los representantes sindicales, los mandos de mayor jerarquía se pierden, y los pocos que enfrentan el asunto laboral aducen no saber nada, pero la medida avanza y poco falta para convertirse en una realidad plena. Va cayéndose en un pesimismo, y los comentarios se afianzan por mayores rumores, el sindicato se vendió, lo vimos salir de las oficinas de recursos humanos, y el problema persiste.
Se continúa justificando la medida, que todos deberíamos saber y estar conscientes para la lucha que en nada se justifica, perder el trabajo en estos momentos de crisis mundializada y nacional, no es una cosa que se absorba con tranquilidad, la indemnización que me den será suficiente para seguir adelante, no obstante algunas de estas empresas que proceden a despedir, a veces indemnizan anualmente, y por tanto la indemnización adeudada es menos que un salario mínimo de 30 días, en tanto sólo van 7 meses del presente año.
Las noticias abruman, todo anda mal en el país, excepto para quienes hoy mantienen las riendas del poder a su favor, para el grueso de la gente es de zozobra el día a día que pierde su trabajo o sobrevive con ingresos mínimos que no llenan lo básico para vivir decentemente. El Ministerio de Trabajo anuncia demagógicamente que estará pendiente, las vacaciones ahogan la demanda y la oficina pública ad hoc, se ve inutilizada por la situación vacacional, no es la misma atención, no hay la misma experticia para abordar el asunto grave en cuestión.
La cultura laboral es pobre, sociológicamente cae una bruma de acomodamiento y justificación inválida, despidieron a los que siempre vienen tarde a laboral, los que no colaboran con la empresa, los que muchos piden permisos personales y para el ISSS constantemente, los que ocupan el tiempo laboral para otras cosas, los del sindicato que andan haciendo a saber qué cosas y nunca se integran a la producción.
La poca cultura sindical, se va lamentando a la hora que la patronal acciona su poder despidiendo, antes de suceder la medida no quieren afiliarse, se sienten seguros y seguras que no van a ser afectados, asumen que la patronal les aprecia y reconoce sus méritos laborales ¡vayan ustedes a saber! Los jóvenes, mujeres en mayor proporción, enfermos crónicos, que el trabajo los agota hasta la muerte, ¿por qué nadie dice y hace nada?
Será porque el líder y la ideología dominante nos inmovilizan, nos trata como simples consumidores, somos fácilmente manipulables y en mucho somos como marionetas supuestamente felices del control social que nos somete a diario.
*Sindicalista salvadoreño