Desde mi trinchera: la gramática de Dios

El domingo tuve una conversación con un gran maestro de espíritus, además de ser psiquiatra es cura católico, tiene una formación muy integral, esa instrucción, más su experiencia de vida, lo hacen un acreditado maestro espiritual. Posee una delgadez acertada para conceptualizar la experiencia, y, a la vez, una gracia intuitiva de ver el derrotero del espíritu.

Por: Mauricio Manzano*

Por tanto, lo que lo hace humano y cristiano, es la energía piadosa que transmite mediante la palabra, la mirada, hasta la forma como ingiere sus alimentos, come poco y despacio. Me recordó a Jesús, sin duda, cuando una persona te recuerda a Dios, así debe ser Dios. Recuerdo las palabras de otro maestro espiritual que conocí hace años “Nosotros estamos llamados a ser como Jesús”.

Yo conozco esas experiencias, lo justo. Cada encuentro aprovecho para contarle mis infortunios humanos, para cada relato tiene un concepto ajustado y toda tipificación conductual que plasma está empapada de compasión, se siente. Posee una enorme capacidad para cristianizar la debilidad y convertirla en fortaleza y oportunidad. Ciertamente es una gracia hablar con él.

Hablamos de cualquier tema, no se ruboriza escuchar mis aventuras, siempre con mucha atención y compasión, a veces una sonrisa se dibuja en su boca, al principio especulé que se reía de mis desgracias, yo siempre haciendo juicios superficiales, no obstante, al escuchar sus réplicas a mis relatos me percate que incluso su sonrisa revela la gramática de Dios, he descubierto que ese método me ha cambiado mis acciones.

El domingo le dije para congraciarme “Padre, me gustaría escribir su biografía”, su cabeza hizo un movimiento de aprobación, eso pensé, luego me dijo “sería genial, aunque creo que la suya sería un testimonio que ayudaría a muchas personas”. Habla poco, escucha más y cuando lo hace sus criterios son el amor y la compasión hacia un hombre desgarrado.

Cuando hablamos del tema del amor me dijo “El amor es más humano cuando se lo brindamos a las personas que no se lo merecen, la experiencia nos ha enseñado que cuando más hemos necesitado ser amado, es cuanto más se nos ha negado, el misterio del amor, es iniciativa, no respuesta, en eso consiste, en que Él nos amó primero”. Suspiré, una lágrima cayó de mi ojo derecho, el más enfermo, el más miope…

Recode las palabras de San pablo “Confortaos en el Señor, y en la potencia de su fortaleza, Efesios 6:10. Repetí en silencio la frase de San Juan “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” 1Juan 4,19. A la vez se me reveló la gramática de Dios, el Amor.

Gracias infinitas a Dios por tanto bien recibido.

*Teólogo e investigador educativo salvadoreño

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