Asocian obesidad infantil con enfermedades crónicas

El exceso de grasa abre la puerta a desarrollar a corto plazo asma, apnea del sueño, hipertensión, diabetes o mala salud mental, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Plos Digital Health.

Luego de una amplia indagación acerca de los subtipos de obesidad infantil según las patologías asociadas, asegura el artículo, encontraron hasta ocho grupos de pacientes con características similares, como la alta prevalencia de trastornos respiratorios y negativos efectos metabólicos.

Las afecciones cutáneas, trastornos convulsivos, problemas gastrointestinales y del neurodesarrollo o físicos, son padecimentos frecuentes en infantes con este cuadro clínico, puntualiza un colectivo de expertos de instituciones españolas como el Hospital Infantil Sant Joan de Déu de Barcelona y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn).

“El estigma que produce la obesidad influye en la autoeficacia, en la percepción de ser menos que los demás, en la autoimagen”, enumera Julio Álvarez Pitti, investigador del Ciberobn.

El artículo también refiere que además de los daños asociados y al factor de riesgo para desencadenar otras patologías, deja una huella mecánica, metabólica y psicológica difícil de borrar en los más pequeños.

Como otras consecuencias se evidencian las contracturas, deformidades en los huesos y dolor al moverse o levantarse, realidad que implica limitaciones para saltar, jugar o correr.

De acuerdo con la investigación, el diagnóstico de sobrepeso en la infancia es un problema grave porque el menor de edad se convierte en una persona enferma desde el primer instante con gran repercusión en su futuro desarrollo.

La Organización Mundial de la Salud registró que la obesidad afecta a más de 340 millones de niños y adolescentes en el planeta y es reconocida como una dolencia potencialmente peligrosa y ascendente.

Los infantes con un peso corporal elevado tienen más riesgo de perpetuar el exceso de grasa y en la edad adulta, la posiblidad de presentar tumores, infartos, cardiopatías, deterioro cognitivo y problemas de salud mental.

La comunidad científica se encuentra en alerta y llaman la atención de los padres, especialistas y población en general, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de ese grupo etario a través de una alimentación sana y una vida saludable. (PL)

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