En estos momentos que los ciudadanos se miran a sí mismos y comienzan a evaluar si se encuentran en mejores condiciones, ahora que antes de Bukele. El mismo que a inicios de la presidencia era un aparato arrollador, todo lo ganaba.
Por: Igor Iván Villalta Sorto*
La gente se agolpaba para saludar al presidente milennial, el más cool de todos los presidentes, el hombre que nos llevaría al primer mundo. Su famoso plan de control territorial era un éxito completo, los niveles de delincuencia bajaban como por arte de magia, la magia que imprimía, como Rey Midas, a todo lo que tocaba.
Pero todo hermoso sueño tiene su despertar, y de repente nos encontramos con un estado sin dinero para seguir alimentando las ilusiones sembradas por un ejército de “periodistas” y medios de comunicación que pintaban el mundo de la familia Bukele color rosa, todo azul repiten una y otra vez.
No, no hay que escuchar a esos académicos que hacen de analistas económicos y políticos, esos son financiados por organismos internacionales que lo único que desean es hacer fracasar al país, que le vaya mal al gobierno de nuestro gran líder, que todos los presidentes están pendientes de la última y brillante acción de nuestro presidente para luego aplicarla en sus respectivos países.
Es curioso que la hija de un presidente golpista en Guatemala haya alabado la ley de excepción, se trata de Zury Ríos Sosa, hija del dictador José Efraín Ríos Montt, que además de avalar la ley, la quiere aplicar en su país. Cuando llegue a la presidencia, aunque la constitución prohíba que familiares de un presidente golpista, hasta en cuarto grado, pueda postularse a la presidencia. Imagino que también querrá implementar el bitcoin como moneda de curso legal ¿Estos son los personajes que desean aplicar las fórmulas del presidente salvadoreño?
Después del asesinato a mansalva de 87 ciudadanos que murieron en termino de tres días, las alarmas comenzaron a sonar, me imagino que los afectos a Bukele habrán pensado ¿y el plan control territorial? Como reacción nuestro valeroso presidente nos deslumbra con una idea genial, la famosa ley de excepción, cuyo propósito es ganarles la guerra a las pandillas, aunque para ello necesite llevar a la cárcel a miles y miles de salvadoreños, sean culpables o no, construir una mega cárcel, claro sin la ley LACAP, para no darle cuentas a nadie de las licitaciones, y la ejecución de otros fondos.
Lo que pudo haber sido una derrota política, lo convirtió en un éxito formidable. La población ya no sentía miedo, estaba liberada de los pandilleros terroristas, pero como el que contribuye a la creación del monstruo después de gritar con júbilo por dar vida al mismo y sentirse parte de ello, vio como sus familiares eran capturados por “nerviosismo”, por tener cualquier tatuaje, o simplemente por cometer el delito de ser pobre. Las masas pasan de una etapa de júbilo, a temor y desconfianza.
Este estado de cosas está generando mucha condena y critica a nivel nacional e internacional y los personeros del gobierno no encuentran cómo reaccionar, debido a que si no prorrogan el estado de excepción se vendría una avalancha de demandas en contra el estado y naturalmente tienen que liberarlos masivamente, al no haber razón para seguir apresándolos, muchos de los pandilleros regresaran a las comunidades en busca de venganza, lo que crearía un mayor desplazamiento de personas, asesinatos, privaciones de libertad y migración.
Sí el estado de excepción está significando una carga adicional a todos los problemas que ya enfrentamos como sociedad. Están próximas las elecciones en donde la apuesta del presidente es la reelección, se está topando con una creciente oposición debido a que se tiene todo el respaldo de la ley para oponerse, inclusive para llevarlo a la insurrección. El plan B del partido del presidente es colocar a uno de sus hermanos en la contienda, acción que también la prohíbe la constitución, y los sondeos realizados por el partido del presidente tampoco le prometen buenos resultados.
Considero que el presidente debe reflexionar que el buen manejo de los procesos electorales es fundamental para mantener la paz social, debido a que el irrespeto de esta norma de convivencia ocasionó, hace algunas décadas, sumir a la sociedad en el caos, la violencia y la guerra. Como era de esperarse el presidente tomó control del Tribunal Supremo Electoral, intimidando y comprando voluntades, para que todas las acciones sean tomadas con el fin de favorecer los deseos y caprichos del presidente.
Hay que recordar que meter ruido en el proceso electoral será contraproducente para la maltrecha economía del país, debido que un presidente inconstitucional surgido de un fraude electoral a lo único que conduce es a más aislamiento internacional, mayor riesgo país, que ya andamos bastante mal, a menos inversión internacional, a más hambre, desempleo, migración y desesperanza.
En el ambiente económico la cosa no puede ir peor, por la opacidad en el manejo de la cosa pública, el despilfarro al entregar licitaciones a familiares y amigos, al marcado endeudamiento externo, y para concluir con el tremendo fracaso de la ley bitcoin, que nos ha costado a los contribuyentes cientos de millones de dólares, en donde en vacaciones y procurando hacer el menor ruido posible, se procedió a retirar los cajeros Chivo.
¡Que chivo es vivir en El Salvador!
*Biólogo investigador