Las elevaciones de temperatura en todo el planeta no es ninguna novedad, muy pocos pueden refutar esa teoría, hablamos de una realidad que ya tiene grandes consecuencias para la humanidad, negar el cambio climático es como negar que en El Salvador hubo guerra.
Por: Igor Iván Villalta Sorto*
Cuando era estudiante los profesores tenían una concepción estática de la vida en el planeta, “así ha sido siempre”. Lo mismo sucedía con la concepción del Universo no se hacían referencias a la dinámica del Universo en la que planetas, estrellas, hoyos negros y otros están en constante movimiento.
Para el caso una super nova, que se encuentra a cientos cincuenta años luz de la tierra, eso quiere decir que la luz que observamos de ella partió hace ciento cincuenta años, pudiese explotar y calcinarnos a todos. Las orbitas de los planetas del sistema solar tampoco son estáticas tienen movimientos que pueden alterar sus orbitas, razón por la cual se prevé que Mercurio dentro de millones de años pudiera perder su órbita y chocar con la tierra.
El planeta que nos protege del choque de cometas y que mantiene las orbitas de los planetas es Júpiter, eso no quiere decir que en un determinado momento un asteroide o un cometa suficientemente grande como una montaña y dependiendo del ángulo de impacto puede destruir a la especie humana.
Las extinciones masivas tampoco son nuevas en nuestro planeta, lo mismo que los cambios climáticos. Si estos fenómenos se suscitaron en la historia de la formación de la tierra no veo porque razón no pueden repetirse en la época actual. La diferencia que en estos momentos el cambio ha sido provocado por la especie humana.
Los científicos ven con preocupación como el permafrost se derrite en La Siberia, una extensión de tierra que comprende más de 13 millones de kilómetros cuadrados. En la era del hielo estas extensiones territoriales eran recorridos por el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) y otras especies que mantenían amplias zonas de pastoreo. Al ser exterminada la especie, posiblemente por el hombre, la vegetación fue cambiando debido a que los mamuts tienen la costumbre de derribar árboles, al no presentarse esa acción los pastizales se convirtieron en bosques.
En cuevas se pueden encontrar cantidad de las especies que poblaban la Siberia, los buscadores de colmillos están desenterrando estos fósiles para comercializarlos en el mercado internacional. También los científicos andan tras ellos tratando de encontrar ADN de calidad con el fin de repoblar de mamut la estepa siberiana, con el fin de evitar el derretimiento del permafrost y el caos ambiental en todo el planeta.
Si hacemos una reflexión nos podemos dar cuenta que todo lleva implícito una dinámica lo macro: nuestro planeta y el Universo y lo micro el mundo microscópico. En ese camino podemos ver que cada vez nos enfrentamos a un creciente avance de los virus que muchos de ellos se activan nuevamente de su largo letargo, en busca de replicarse en un organismo huésped para seguir mutando.
Con la idea que se tenía de las cosas y los fenómenos, no deberíamos estar preocupados por el futuro. Pero el despertar de la epidemia del COVID sacudió a muchos que consideraban que esas enfermedades eran del tercer mundo, que ellos contaban con un sistema de salud fuerte y avanzado, por tanto, las infecciones las tendrían los mismos de siempre los pobres del tercer mundo.
Pero los acontecimientos no se desarrollaron de esa manera, en los países ricos la epidemia golpeó con fuerza, vieron a sus parientes morir, los médicos debían de decidir quien vive y quien muere. Mal haríamos los seres humanos en pensar que esto ya pasó, ya se combatió y salimos adelante. No, esto apenas comienza, se calcula que por el calentamiento global se activaran virus y bacterias que se encuentran en letargo provocando como doscientas enfermedades, muchas de ellas desconocidas para los humanos modernos.
Otras enfermedades que se encuentran latentes pero que no pasan a otros ambientes por razones de temperatura. Una de las principales es la malaria que ha llegado a matar a más de dos millones de personas en un año. En nuestro país se logró el control y casi la erradicación de la enfermedad, drenando pantanos en las zonas costeras con el fin de evitar la reproducción del sancudo Anopheles albimanus, pero con el aumento de las temperaturas el vector transmisor puede emigrar a zonas urbanas.
Otra de las lecciones aprendidas de la pandemia es que muchos políticos utilizaron la pandemia como instrumento para realizar propaganda política, dejando una imagen de héroes que protege a la población, regalando dinero y alimentos que al entregarlos repetían una y otra vez “esto es lo que está haciendo nuestro presidente por ustedes”. Siendo los alimentos de muy mala calidad y otorgados más como propaganda que para resolver el problema real.
Se consolidaron muchos regímenes autoritarios en todo el planeta, se concentró poder y muchos se hicieron más ricos como las farmacéuticas y las que dominan el mercado de la tecnología informática y de comunicación.
El cambio climático obliga a repensar nuestro mundo, nos hemos podido dar cuenta que muchos de los sistemas de salud no responden a las necesidades de la dinámica de salud en este periodo, y que no podemos estar jugando al héroe cuando esta por medio la vida de millones y millones de personas.
*Biólogo investigador