El culto a colón

El culto a Colón es parte del dominio colonial, en consecuencia, se derrumban muchas de las estatuas de los que anteriormente se consideraron héroes, claro los que tomaron las riendas de estos países fueron los descendientes de los conquistadores, pero cada vez las personas están mejor informadas, y se les hace difícil mantener el cuento.

Por: Igor Iván Villalta*

Colón no solamente cometió atrocidades en América. Está documentado que en África cometió masacres de tribus.

Cuando éramos escolares se celebraba “El día de la raza”, y se rendía culto al hombre que con heroísmo y valentía se hizo a la mar en búsqueda de sus sueños, a la noble mujer que creyó en él y acudió a vender sus joyas para financiar el viaje a lejanas tierras, la tripulación delincuentes sacados de las cárceles.

Esto es el discurso de los conquistadores en donde no solamente levantan la esfinge del tirano sino de la realeza que muchos pueblos aún subsisten, a sabiendas que estos personajes nefastos son parásitos sociales que se mueven entre grandes castillos con cientos de habitaciones, yates, servidumbre, viajes a los mejores lugares del mundo. Claro que también visitan a los eufemísticamente llamados “países en vías de desarrollo”. Si aquí en nuestros países estamos en vías de algo; es de más subdesarrollo.

Ante las críticas de erigir monumentos a asesinos, inventaron “el encuentro de dos mundos” después “El día de la Hispanidad”, ahora no se celebra nada, los descendientes directos de los antiguos pobladores denuncian el exterminio de su cultura y el exterminio masivo de los pueblos originarios.

Eso está sucediendo con las diferentes denominaciones cristianas, hay muchos en todo el mundo que ridiculizan los ritos y las veneraciones religiosas. Estos actos serían impensables en otras épocas. Las iglesias en América y Europa están empapadas en corrupción, antes era un tema tabú que la sociedad no abordaba, ahora es tema de debate constante.

Específicamente en El Salvador, la iglesia católica la fundaron mercenarios (como relata Jesús Delgado en su libro Historia de la Iglesia en El Salvador) estos tomaban poblaciones indígenas, construían el templo, con el trabajo de los pobladores por supuesto y estos debían rendir tributo monetario al mercenario, cualquier parecido con las maras actuales; es mera coincidencia. En esas épocas no había suficientes curas para que realizaran el “trabajo de evangelización”, posteriormente lo retomaron los curas. Los mercenarios eran unos tipos inescrupulosos, que golpeaban y torturaban a nuestros antecesores.

Recuerdo a mi abuela, que, comentaba, que en Chinandega (Nicaragua) había un cura que llegaba a los ríos en donde las indígenas se bañaban con los senos descubiertos, y el cura las castigaba a latigazos, ese acto violatorio a los derechos humanos era bien visto por la sociedad de la época. La costumbre de bañarse con los senos descubiertos es una práctica ancestral nuestra, yo lo viví en la guerra. Éramos compañeros de lucha y todos nos cuidábamos, actos como la violación se pagaba con la vida.

El trabajo para el cura se hacía como tributo, eso lo viví en mi infancia en Jayaque con Tía Ester, que adornaba la iglesia para cualquier celebración, y una vez le cuestioné: y a ustedes ¿les pagan por hacer este trabajo? Chula (hija de crianza de mi tía) riéndose, me respondió: No, quien cobra es el señor sacerdote. De ahí el dicho famoso «trabajar pal cura».

A Colon se le entregó la gobernación de la isla La Española, ahora República Dominicana, la crueldad de los castigos aplicados a los pobladores originales eran horrendos. En artículo publicado por Resumen Latinoamerico expone lo siguiente: “Obligó a estos pacíficos nativos a trabajar en sus minas de oro hasta que murieron de agotamiento. Si un trabajador «indio» no entregaba toda su cuota de polvo de oro antes de la fecha límite de Colón, los soldados le cortaban las manos y se las ataban al cuello para enviar un mensaje. La esclavitud era tan intolerable para esta dulce y gentil gente de la isla que en un momento cien de ellos se suicidaron en masa. La ley católica prohibía la esclavitud de los cristianos, pero Colón resolvió este problema. Simplemente se negó a bautizar a los nativos de La Española”.

Colón fue un personaje esclavista y proxeneta. Entregaba a las niñas nativas a quienes podían pagar las delicadeces sexuales. El mismo Colón describe que las niñas de diez a catorce años eran las que tenían mayor demanda.

Otra de las prácticas de castigos era el de cortar la oreja o nariz de quienes se portaban mal. Si escapaban de ese infierno, le lanzaban perros de caza para desmembrarlos o simplemente los quemaban vivos o partir niños para probar el filo de las espadas.

“Uno de los hombres de Colón, Bartolomé De Las Casas, estaba tan mortificado por las brutales atrocidades de Colón contra los nativos que dejó de trabajar para Colón y se convirtió en un sacerdote católico. Describió cómo los españoles bajo el mando de Colón cortaban las piernas de los niños que huían de ellos para probar el filo de sus cuchillas. Según De Las Casas, los hombres hacían apuestas sobre quién, con un solo golpe de su espada, podía cortar a una persona por la mitad”.

*Biólogo Investigador

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