Un equipo de investigadores rusos estableció por primera vez que el número de células madre en los riñones disminuye con la edad, pierden su capacidad de dividirse, así como su resistencia a los factores perjudiciales. Esto puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en las personas mayores.
En el cuerpo de un adulto hay unas 100 billones de células. La composición cambia constantemente ya que las viejas y disfuncionales son sustituidas por otras nuevas. Sin embargo, en órganos como el corazón, los intestinos y los músculos, su número se mantiene relativamente constante.
Esto se debe a una población de las llamadas células residentes, es decir, células madre situadas en el propio órgano que conservan la capacidad de dividirse. Cada una de ellas se divide en dos, una de ellas se une al conjunto de células madre mientras que la otra se convierte en un célula madura que forma los tejidos y órganos.
El equipo de científicos de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú y del Centro Nacional de Investigación Médica Kulakov, mediante experimentos realizados en ratones, descubrió que el número de células madre renales disminuye considerablemente con la edad.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores observaron los cultivos de células de los riñones de animales viejos y detectaron que perdían resistencia a los factores dañinos en comparación con los jóvenes. Bajo la deficiencia de oxígeno y glucosa, se produjo la muerte celular en ambos grupos de edad, pero los jóvenes supervivientes se recuperaron más rápido del estrés.
Bajo la influencia del fármaco anticanceroso cisplatino, que tiene un efecto negativo en los tejidos sanos, se sintetizaron especies reactivas de oxígeno en el cultivo de células viejas, mientras que esto no ocurrió en el cultivo de células jóvenes. Además, en el transcurso del envejecimiento se vio alterado el funcionamiento de las mitocondrias, lo que puede afectar a la producción de energía por parte de éstas.
«Planeamos desarrollar compuestos que mejoren la reparación del tejido renal. La investigación de este tipo de fármacos supondrá un gran paso en la terapia de las enfermedades renales, así como en las formas de mantener el funcionamiento normal de estos órganos en las personas mayores», afirmó Nadezhda Andriánova, investigadora del Instituto Belozerski de Biología Física y Química de la Universidad Lomonósov de Moscú.
Fuente: Sputnik