Psicología de la amenaza política y el miedo

El miedo ha caracterizado a la amenaza política, cuyo efecto psicológico y político es, el pánico generalizado de las mayorías. Las psicólogas chilenas Elizabeth Lira Kornfeld y María Isabel Castillo, en su libro “Psicología de la Amenaza Política y el Miedo”, sostienen, que la existencia de una amenaza política permanente produce pavor crónico.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*

Y las dictaduras de la seguridad nacional, han privilegiado los métodos psicológicos, para el control político de la sociedad. Por su carácter arbitrario, la amenaza política se generaliza en toda la sociedad. Es decir, la represión política o asesinato de personas que no son políticas, refuerza la percepción que cualquiera está amenazado. La amenaza política es percibida como una amenaza vital.

Cuando miles de sujetos son amenazados, dentro de un determinado régimen político, la amenaza y el miedo caracterizan las relaciones sociales. Incidiendo en la conciencia y conducta de los sujetos. Ya que el miedo internalizado y crónico, delimita el espacio de existencia de las personas.

Lira Kornfeld y Castillo explican que su investigación comprende cuatro estudios. Tres de ellos son estudios de contexto y uno de trabajo terapéutico grupal. El primer estudio es, sobre la significación de la muerte como amenaza política. El segundo, sobre el análisis de la amenaza y el miedo en la propaganda política televisiva. El tercer estudio midió el miedo y la amenaza, a través de encuestas de opinión pública. Y el último estudio fue el trabajo terapéutico grupal formado por activistas de los derechos humanos, líderes sociales y políticos.

En correspondencia al primer estudio, Lira Kornfeld y Castillo citan al somalí Hussein Abdullahi Bulhan, quien sentencia que la opresión no puede ser impuesta, sin el miedo a la muerte. Cuando el miedo a la muerte adquiere preeminencia, florecen la tiranía y la explotación. Cuando la gente se somete a la opresión, para preservar su vida biológica, padecen de muerte psicológica y social. Pero si el oprimido logra superar el miedo, las armas superiores y la violencia del opresor pierden su potencia.

En periodos de crisis, los líderes orientan la rabia y las frustraciones de las mayorías, contra sujetos portadores de identidad negativa. Como le llamo el psicoanalista germano-estadounidense Erik Erikson, a la construcción ideológica y psicológica de la categoría de enemigo.

Las consecuencias psicosociales de este terrorismo político son: la rigidez y estrechez del marco general de la vida social, la polarización social, el debilitamiento de la autonomía personal y el auto confianza y la devaluación de la vida humana. El poder político mediante el terror, es un modo de gobierno por medio de la intimidación. La amenaza política existe en la realidad externa, mientras que el miedo es una respuesta del sujeto ante la amenaza.

En el segundo estudio, la amenaza del terrorismo de Estado se expresa en el discurso político de la autoridad a través de los medios de comunicación. Que se concretiza mediante procedimientos represivos que generan experiencias traumáticas. Las estructuras de dominación se interiorizan y el sujeto las hace propias. El terrorismo de Estado introduce la amenaza política en las relaciones sociales, modificando el imaginario social e influyendo en la percepción de la realidad, en su conciencia y conducta.

Las encuestas de opinión pública, el tercer estudio, recogen la percepción social a nivel masivo del miedo y la amenaza política. Las principales percepciones fueron: la impotencia o desesperanza aprendida, percepción que los esfuerzos por el cambio social terminan siendo infructuosos, la fusión en el grupo y el rechazo a conductas innovadoras y la percepción que el cambio de la situación política, depende del hecho de estar dispuesto a dar la vida.

El cuarto estudio fue el proceso grupal. En los resultados de los grupos se observó el grado de interiorización del miedo. Y la elaboración grupal facilitó, transformar el significado de las experiencias represivas, disminuyendo el nivel de angustia ante la amenaza política.

A manera de conclusión, Lira Kornfeld y Castillo sostienen, que la represión política, al introducir la muerte como sanción posible, modifica las reglas sociales previas, alterando la confianza básica de los sujetos en la realidad y en sus propias percepciones acerca de ella. Este hecho determinó que los sujetos se percibieran, en una condición de desamparo. Y la falsificación de la realidad, construye el carácter siniestro de la amenaza política. La mayor alienación de la sociedad esta, en negar y soslayar la existencia de la amenaza política.

Esto es un tránsito de la represión visible a la invisible, tal como ocurrió en la sociedad chilena. Y es que la amenaza política ejercida, permanece o permanecerá más allá del proceso de amenaza en el cual se generó, por el miedo que se anida en el cerebro, el cual genera pánico y paralización social. Ya que cuanto más asesino y más totalitario es el poder, más priva al hombre de libertad, por el terror que engendra. Surge así, la ideología del miedo, definida como una “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. Todos los esfuerzos por liberar al hombre han sido para liberarlo del miedo.

*Psicólogo salvadoreño

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