¿Por qué ha fracasado el bitcoin?

Aunque el asunto ha sido silenciado por parte del oficialismo, el bitcoin sigue siendo tema frecuente de conversación, sobre todo porque los signos parecen indicar que la principal política económica del actual gobierno se ha descalabrado.

En una economía maltrecha como la de El Salvador, el presidente Bukele pretendió implementar un sistema económico basado en el bitcoin para buscar soluciones a los problemas estructurales del país. Para ello presentó un paquete de 52 reformas que buscaban atraer inversión extranjera a través de la criptomoneda y la tecnología blockchain como instrumento de liberación económica. Entre esas medidas se incluía la creación de la Bitcoin City, un paraíso fiscal exento de impuestos, sin emisiones de carbono y con minería de criptmonedas.

Cuando se anunció el bitcoin, se dijo que su uso abarataría el costo del envío de remesas y permitiría ahorrar hasta 400 millones de dólares anuales. Sin embargo, la idea se desplomó. La más reciente encuesta del Iudop reveló que en lo que va del 2022, el 75% de la población no ha usado el bitcoin.

Este dato corrobora los datos del estudio realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de los Estados Unidos en 2021 que reveló que solo un 20% de los salvadoreños que descargaron la aplicación de Chivo la siguieron utilizando tras gastar los 30 dólares que las autoridades regalaban para promover su uso. De acuerdo a la Camarasal, un 86% de sus empresas afiliadas nunca realizaron una transacción con el bitcoin. Además, solo un 1.6% de las remesas que recibe el país ha sido enviado en bitcoin. Tampoco está claro que este rubro represente un ahorro para los usuarios como se prometió.

¿Por qué ha fracasado, hasta hoy, el bitcoin? Hay factores externos e internos que pueden ayudar a entenderlo. El precio del bitcoin cambia de acuerdo al antojo del mercado internacional abierto. Si la demanda del bitcoin aumenta, sube su precio y si baja, se deprecia. Desde el mes de abril hasta la fecha el mercado de las criptomonedas ha colapsado. Especialistas en el tema estiman que el valor de los bitcoin comprado por el gobierno de El Salvador ha caído hasta 58%. También es cierto que cada vez más gobiernos como los de China y Estados Unidos, toman medidas para regular las criptomonedas y eso ha influido en su depreciación.

Pero hay sobre todo factores internos que han hecho fracasar al bitcoin. El principal factor, y que es resultado de los otros factores, es la desconfianza de la población. Las monedas y billetes de curso legal carecen de valor en sí mismos. Su aceptación y uso descansa en la confianza de la gente en que otras personas las aceptarán a cambio de bienes y servicios. Y eso no lo logró el bitcoin que, además, no reúne las condiciones para ser considerada una moneda. En primer lugar, la forma vertical y autoritaria de imponer el bitcoin sin explicar a la población su funcionamiento, pesó más que el respaldo social al presidente.

En segundo lugar, la excesiva volatilidad del bitcoin que lo ha llevado a valer menos de la mitad de su máximo histórico afectó, no solo al plan del presidente de emitir los bonos volcán por mil millones de dólares, sino la confianza ciudadana. El bitcoin tiene más características para ser una reserva de valor que un medio de pago o intercambio, es decir, una moneda. En tercer lugar, la suplantación de perfiles en la billetera electrónica Chivo Wallet para cobrar el bono de $30.00 que prometió el gobierno a todo aquel que descargara la aplicación, causó desconfianza en la población. A un mes de implementado el bitcoin la policía, en voz de su director, anunció que los que suplantaban la identidad para retirar el efectivo, serían procesados.

La nula efectividad de este anuncio, hasta la fecha, también minó la confianza. Además, en cuarto lugar, los cajeros chivo instalados para operar el bitcoin presentaron múltiples fallas que alejaron a los salvadoreños y salvadoreñas. Esta ha sido la realidad de la medida. El gobierno usó estrategias mediáticas para “aparentar” el éxito de la medida; afirmó que el bitcoin contaba con 4 millones de usuarios, pero la realidad se impuso y entonces se optó por el silencio. Los cajeros Chivo fueron progresivamente abandonados y el dinero de todos los salvadoreños y salvadoreñas invertido en la compra de bitcoin, en su promoción y en la adquisión de equipos e infraestructura, es como leche derramada.

Fuente: Revista Proceso

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