La comunidad Amando López fue fundada por los jesuitas, junto a repobladores en el bajo Lempa, constituyéndose una de las más organizadas de la localidad.
Luis Arnoldo Colato Hernández*
En consecuencia, es también una muy adelantada en temas de desarrollo social, lo que le ha generado desde el repoblamiento agrias confrontaciones con las autoridades políticas, y por razones políticas.
Para el caso, desde el 28 de octubre, la comunidad ha sido fustigada por militares que ingresan procurando avergonzar a los jóvenes, exigiendo se desnuden en la vía pública, para fotografiarlos.
Esto comenzó de acuerdo a FESPAD, en la cancha de la comunidad, con los que ahí se encontraban, para luego continuar en las calles.
En este punto hay que reparar que los jóvenes preparaban una dramatización de nuestra historia (sometimiento de Cuzcatat por la viruela, independencia, Anastasio Aquino, desmontaje de las tierras ejidales y fundación de la hacienda, asesinato del presidente Araujo, insurrección del ’32, masacre y persecución de la población originaria en enero de ese año, huelga de brazos caídos del ‘44, violencia contra la mujer en los 30’s, violencia política de los 40 a los 70’s, continuación de gobiernos militares mediante la manipulación electoral del ’72, masacre estudiantil del ’74, golpe de estado del ’79, asesinato del Santo Romero el ’80 e inicio del conflicto armado, etcétera)
La intención última es que los jóvenes conozcan objetivamente nuestra historia.
Peligroso, ¿no?
Peligroso porque ser capaz de emitir un juicio de valor sobre nuestra historia requiere un presaber objetivo y crítico, razón por la cual desde su fundación dicha comunidad ha sido reprimida por las autoridades, como podemos apreciar.
Gracias a la denuncia de la propia comunidad, FESPAD, los religiosos partícipes y la presión internacional recibida luego de hacerse pública la denuncia, los jóvenes finalmente fueron liberados el domingo 6 del corriente, pero su psique quedará marcada por estos hechos.
Lo cierto es que el orden desigual e injusto establecido no tolera la disidencia, lo que explica la masiva inversión en comunicaciones que la presidencia hace, para alienar a la población.
Debemos sumar el que el régimen no tiene problemas con violentar los derechos de la niñez para someter a comunidades completas, o de asesinar – como a aquellos 2 ancianos durante el proceso electoral último -, o de cooptar el aparato estatal, o no dar cuentas por el uso arbitrario de recursos públicos, o de eliminar mediante tortura a detenidos bajo el régimen de excepción, anulando cualquier posibilidad de buscar justicia en instancias nacionales, en las actuales circunstancias, etcétera.
Así las cosas, este nuevo hecho revela cuánto hemos retrocedido, pues abiertamente la milicia vomita sus prejuicios sobre la sociedad civil, tal cual sucediera durante el conflicto armado, colocándonos al borde, y sin instancias a las que recurrir dentro del territorio.
Y sabemos lo que sucede con los pueblos cuando quedan huérfanos de ninguna representación, al arbitrio de una soldadesca con visión estrecha sobre el bueno y el malo, que sujeta su limitado juicio, al uniforme y sin criterio.
La vía alternativa: restablecer la institucionalidad.
*Educador salvadoreño