De evangélicos a evangélicos. Comentarios sobre el voto evangélico en Brasil

El proceso electoral de Brasil genera reflexiones sobre el voto de los evangélicos, que muchos periodistas lo manejan como una totalidad, lo mismo sucede con el llamado voto católico. Es importante hacer precisiones analíticas partiendo de las investigaciones de campo.

Por: Elio Masferrer Kan*

Pocos niegan que dentro de la pluralidad católica existen tendencias de izquierda, derecha y grupos centristas, lo mismo sucede en el mundo evangélico, agregando otra complejidad: muchos creyentes están convencidos que las respectivas iglesias no deben involucrarse en las cuestiones electorales. Debemos entender que el involucramiento de los creyentes en los procesos electorales lo hacen habitualmente como ciudadanos, al margen de las recomendaciones eclesiales, aunque pudiera suceder lo contrario.

Existe desconfianza en los procesos electorales en la construcción de sociedades democráticas por ciertos sectores de la población de los países del mundo occidental que, desde su perspectiva, se definen habitualmente como estados democráticos o que están interesados en construir procesos democráticos. Citaré dos ejemplos: 1) una vez terminado el proceso electoral brasileño, grupos de ciudadanos se presentaron en los cuarteles exigiendo una “intervención federal” que impidiera la presidencia del apenas electo Lula da Silva, con un golpe de estado militar; la actitud del presidente Bolsonaro no reconociendo su derrota, ni felicitar a la fórmula triunfante aportó deliberadamente a la construcción de estos imaginarios. 2) En los Estados Unidos, que votan el martes 8, el 40% de los votantes republicanos ven con simpatía una reelección de Donald Trump y además no confían en los funcionarios electorales y están convencidos que el triunfo del actual presidente Biden fue fraudulento.

Es importante precisar algunos aspectos del del mundo evangélico para conocer los matices que existen dentro del mismo y la diversidad de propuestas y proyectos sociales, políticos, económicos y religiosos. En el mundo evangélico existen más de 4000 propuestas religiosas distintas, lo cual nos obliga a entender que nadie puede hablar en nombre de este conglomerado de organizaciones religiosas, nos asombra la facilidad con la cual algunos “especialistas” lanzan un conjunto de generalizaciones. Podemos entonces plantear la existencia de iglesias, resultado de la Reforma Luterana, habitualmente llamados protestantes históricos, quienes apoyan habitualmente propuestas progresistas, aunque las tendencias que emanan de los proyectos calvinistas (presbiterianos) podrían apoyar propuestas conservadoras. Podrían existir iglesias con un fuerte discurso social como los metodistas. Están también los que vienen de la Reforma Radical, los anabaptistas que participan de partidos de izquierda.

En los Estados Unidos en el siglo XIX se desarrollaron los movimientos de santidad, del cual surgieron propuestas conservadoras y pietistas, que en muchos casos llaman a la “huelga social”. Una concepción del liberalismo extremo que elimina de la vida religiosa la cuestión social, el total alejamiento de los creyentes, pues están convencidos “que no son de este mundo”. Desde una perspectiva opuesta, aunque dialécticamente articulada, está la posición teocrática y dominionista, según la cual este mundo debe estar regido por las Sagradas Escrituras. Una característica de estas iglesias, al margen de las profundas diferencias doctrinales, son las formas democráticas y horizontales de organización.

En el siglo XX surgieron los movimientos pentecostales que hacen énfasis en el papel del Espíritu Santo en los rituales y que tienen un gran impacto en la vida de los conversos. Es importante destacar que en la segunda mitad del siglo XX surgieron un conjunto de líderes religiosos que se autodefinen como Apóstoles y que pasan a organizar las llamadas “mega iglesias”, grandes conglomerados eclesiásticos. Las mega iglesias tienen habitualmente perfiles empresariales donde los Apóstoles, ejerciendo en muchos casos un fuerte liderazgo carismático, son prácticamente los dueños de las mismas pues hacen fuertes inversiones en cuestiones inmobiliarias y financieras, controlando grupos de medios. Por ejemplo, la Iglesia Universal del Reino de Dios Pare de Sufrir (IURD-PS) es propietaria de TV Record, la segunda cadena de medios de Brasil. Lo mismo puede decirse de Asambleas de Dios-Victoria, Renacer en Cristo o la Iglesia Internacional de la Gracias de Dios, estas son consideradas transpentecostales por muchos investigadores brasileños, para diferenciarlos analíticamente de los pentecostales clásicos. En pocas palabras los transpentecostales apoyaron a Bolsonaro y los históricos, muchos del movimiento de santidad y pentecostales clásicos apoyaron a Lula da Silva.

*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

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