No perdimos tanto, se consuela Biden

Cuestionado por la espiral inflacionaria y por llevar al país a una agria confrontación con China y Rusia, el presidente estadounidense, Joseph Biden, estaba inquieto por una augurada ola roja republicana en las elecciones de medio término, pero el asalto quedó por debajo.

Por: Roberto Morejón

La votación del ocho de noviembre no acompañó un tsunami como pronosticó el expresidente Donald Trump, en campaña electoral con vista a 2024, sin anunciarlo oficialmente.

Trump erró el tiro aunque el auge de los republicanos vaticina el probable control de la Cámara de Representantes, hoy en manos de los demócratas, pero por margen más estrecho.

En el Senado la lid va muy reñida y dependerá de otras decisiones. Sin embargo, sí se reafirmó la división de los estadounidenses en dos bandos, azules y rojos, si bien para buena parte del mundo la línea que los separa es delgada, dado su comportamiento con frecuencia similar.

Lo anterior no niega el combate virulento entre ambos flancos que los lleva a perderse en aferramientos, como si el país no tuviera suficientes problemas para ocuparse de ellos.

Un nuevo capítulo de esa áspera competencia se avecina con una Cámara baja con mayor protagonismo republicano, por lo que tratarán de hacerle la vida imposible a Biden, a ratos confuso, y neutralizar sus proyectos legislativos.

Como el mismo ocupante de la Casa Blanca acaba de admitir, el tema de la inflación le pasó la cuenta en las urnas.

En lo adelante deberá responder a sus compatriotas de a pie, quienes sufren el rigor de los precios, y a sus contendientes republicanos, conocedores de que es un costado débil del gobernante.

Del otro lado aparece un Donald Trump iracundo porque en su visión él todo lo puede y ni siquiera con su gran fortuna ha podido atornillar una aplanadora republicana para pasar sobre sus antagonistas.

Y eso que designó candidatos para los escaños legislativos y gobernaciones, a quienes exigió fidelidad a sus desvaríos, como aquel del fraude en la pasada contienda presidencial.

Para su infortunio, Trump no tiene el camino despejado, pues ahora se vislumbra con ambiciones el gobernador de la Florida Ron DeSantis, con posiciones recalcitrantes como el expresidente.

De manera que ni con gastos cuantiosos de hasta más de 16 mil millones de dólares para promover candidatos y posiciones, los políticos demócratas y republicanos lograron imponerse abiertamente.

El país sigue atomizado en medio de discursos de odio.

Fuente: Radio Habana Cuba

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