Control de los medios, control del hombre: medios masivos y formación psicosocial

El argentino-mexicano Enrique Guinsberg, quien se desempeña como investigador del Departamento de Psicología de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, en la Ciudad de México, es el autor de la obra “Control de los medios, control del hombre: medios masivos y formación psicosocial”.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo

La obra inicia con la premisa que cualquier sociedad necesita construir su sujeto social para el mantenimiento y reproducción del sistema. Para lograr lo anterior, se utilizan distintas instituciones. Los medios de comunicación es una de ellas. Los medios acostumbran descifrarse, en su semántica estructural, como ocultadores de armazones ideológicas en sus mensajes. Y en su semántica cuantitativa, según la tradición norteamericana, los medios de comunicación no transmiten ideología, ni motivaciones manipulativas, solo intereses comerciales.

Punto de vista opuesto es el marxismo, quien califica a los medios de comunicación de no ser neutros. Estos sirven a intereses concretos y la propiedad de los medios de comunicación determina su papel ideológico. Por tanto, los medios de comunicación son instrumentos de control social, de manipulación y de enajenación, cuyo fin es mantener dominados a los sectores a quienes llega.

Guinsberg estima que los medios de comunicación son un poderoso aparato educativo, ya que suministran conocimientos, informaciones, orientación y formación. Promueven una visión del hombre, una visión de la sociedad y de sus relaciones. En el proceso de socialización, los medios de comunicación actúan con otras agencias socializantes. Los medios de comunicación participan en la formación del hombre.

La crítica a los medios de comunicación, como vendedores de productos de consumo, es que se minusvalora su rol hacía una forma de vida, hacia un modelo de hombre y hacia una estructura social concreta. Los medios presentan modelos de identificación, mecanismos defensivos aceptados y promocionan fantasías. Los medios de comunicación concurren en la formación y estructuración de la personalidad. Los medios encarnan significaciones sociales, es decir, ideologías que se escapan a la consciencia. El impacto de los mensajes transmitidos por los medios, tienen efectos precisos con los objetivos del sistema e ideología dominante. Los medios inculcan ideología premeditada y elaborada. Esta elaboración manifiesta es un verdadero mecanismo de penetración a nivel inconsciente, ya que la mayor parte de sus emisiones pasan sobre la conciencia y penetran inconscientemente.

El Yo es la estructura interna que posibilita la acción de los habitantes, sin que sepan la causa de tal forma de acción y pensamiento. Para las clases dominantes es medular el control del Yo de la población. Los medios de comunicación participan en la formación del Yo dando una visión del mundo exterior, dando un sentido de realidad y brindando alternativas aceptadas de “placer”. Los modelos de Yo que presentan los medios son prototipos de los héroes y “malos” de las historias. El objetivo del control del Yo en la población es el control de su movilidad, para que el caballero refrene la fuerza de la cabalgadura y canalice sus fuerzas hacía objetivos ficticios evitando así la tensión e integrándolo el sistema. El Ideal del Yo es el modelo al que el sujeto intenta ajustarse. Éste es producto de la idealización del Yo, de la identificación con sus padres, sustitutos e ideales colectivos. El Ideal del Yo es un modelo de cuasi perfección del ideal colectivo. Y la publicidad hace creer al espectador, que oportunidades de compra son necesarias como propiedad y ostentación de los productos. La frustración de realización tangible, se desplaza a aspiraciones por lo ficticio y sombrío. Los mensajes contradictorios de los medios promueven placer a lo prohibido o limitado, manteniendo así un control social permisivo y no represivo.

Los aparatos de difusión de masas presentan el sentido de realidad, a través de los espacios informativos y restante programación. La realidad es similar al funcionamiento mental, la realidad visible no coincide con la realidad profunda. La realidad social se confunde con la representación intrapsíquica de la realidad externa. Los medios son una red simbólica de versiones de la realidad, mediante la información que presentan o silencian bajo determinadas condiciones. El acceso a la realidad pasa por los medios, quienes indican que es lo más importante y lo que no es importante. La ideología del medio es la ideología de los promotores del medio. Por tanto, la realidad que presentan los medios será su imagen de realidad. La ideología dominante a través de los medios de comunicación es, que las expectativas se mantengan y las demandas se dirijan por los canales apropiados. Los medios inyectan una realidad conveniente al proyecto ideológico de la estructura de poder. Por ende, hay una visión desinformada de la realidad para que las masas conozcan lo que deben conocer y desconozcan lo que no deben conocer.

Los recursos técnicos en torno a una mínima investigación distorsionan la información, ya que los conceptos técnicos dan una visión científica, califican y etiquetan, con lo que predisponen la opinión, pues los comentarios son presentados como información. Y con la fragmentación de la información, los medios integran material diverso. Los medios presentan shows informativos a través de una diversificación sincrética. Entre tanto, los medios impiden ver la realidad como una totalidad. La realidad es presentada como la suma de factores no conectados y no enlazables.

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