Cómo es sabido el manejo del presupuesto se suscribe a cuantos haberes y necesidades tenemos de acuerdo a su alcance.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
Un uso ideal supone un manejo equilibrado y responsable, despejando prioridades y en el ánimo de superar la pobreza consuetudinaria.
Que no es casual y sí un mal estructural.
Estas últimas son las determinantes, pues supone atender ese orden de acuerdo a su importancia.
Así, por ejemplo, la educación es un rubro de valor que deberá ser abordado como una inversión, pues satisfará necesidades tanto del Estado como de la ciudadanía de manera sostenible a mediano y largo plazo.
Es de primer orden.
Defensa nacional por el contrario no constituye una prioridad, pues no solo no estamos en conflicto con nuestros vecinos, pero además para manutenerla hay que contraer deuda pues carecemos de las tecnologías que requiere; por otro lado, nuestra riqueza real la constituye nuestra gente, la ciudadanía como tal, y es a ella a la que hay que privilegiar, con educación, salud, seguridad e infraestructura.
Estos dos ejemplos son por sí solos clarificantes, y, sin embargo, dada la realidad geopolítica se deben considerar otros elementos.
Por ejemplo, el actual conflicto en el Cáucaso impone acelerar y establecer el desarrollo de políticas y estrategias que aseguren nuestra soberanía alimentaria, así como el promover tecnologías para la preservación de la vida, con el propósito de lograr conquistar la menor dependencia de medicamentos y tecnologías de soporte vital del exterior, para precisamente por la experiencia acumulada en nuestro pasado reciente como en el conflicto en cuestión, poder nuestro país incluso incursionar en el mercado global de alimentos como de insumos médicos, que en el tiempo impondrá una mayor presión a la demanda de estos bienes.
Es decir; está dentro de nuestras capacidades el potencial de desarrollar una industria doméstica en los rubros de alimentos y medicamentos con una proyección global sostenible, que la evidencia patentiza son una prioridad que no reducirá en el tiempo.
Por supuesto tal proyecto supone desmantelar el fracasado modelo orientado a convertir al país en una plaza dedicada a la oferta de bienes y servicios, que en cambio lo transformó en un puente para el tráfico de drogas, armas, y blanqueo de fondos provenientes del narco, beneficiando directamente a la privilegiada élite financista doméstica.
Simplemente, o quizás intencionalmente, por no considerar la rampante corrupción derivada de las gestiones de derecha que desmotiva cualquier inversión legítima, como por encontrarnos geográficamente fuera de las rutas comerciales.
Y, sin embargo, superar el escenario descrito para alcanzar las metas referidas, con los exiguos recursos que contamos, la mayoría de los cuales proviene de deuda, si es posible.
¿Cómo es posible lograr una sociedad inclusiva con tales limitaciones?
Destinando hasta un 7% del PIB a educación, modernizando el aparato educativo con el fin de que la población desarrolle habilidades técnicas que le hagan posible competir en igualdad de condiciones con otras latitudes.
¿Existe algún precedente que lo avale?
En la década de los ’20 del siglo pasado, Finlandia votó por el desarrollo de un sistema de educación superior.
Los resultados los conocemos: constituye una de las sociedades europeas más prósperas sin haber recurrido al saqueo de terceras naciones como si lo hacen aún sus pares colonizadores continentales, y como resultado de ser una sociedad del conocimiento.
Vale acotar que cuando se votó, el delito campeaba en el país, lo que se superó en el tiempo, y es evidente en el hecho de que cada ciudadano lee al menos un libro mensualmente y es poseedor de en promedio 7 armas, algunas de las cuales suelen ser automáticas, y sin embargo prácticamente no existen los asesinatos.
Todos los estudios al respecto apuntan a que ello se deriva precisamente de la educación.
Por supuesto no fue fácil ni rápido, pues el largo camino a este estado superó incluso una guerra mundial, pero en consecuencia ahora su ciudadanía goza de un prestigio y una prosperidad sin par.
Entonces si es posible.
Es posible porque deriva de las personas, a las que hay que dotar de formación técnica y ética laboral a través de la educación, lo que no será fácil o rápido, pero los beneficios están asegurados.
O, podemos seguir como hasta ahora, exportando gente ilegalmente.
Ese futuro gris, o, luminoso lo construimos nosotros.
*Educador salvadoreño