Una traición y una conspiración en la penumbra encumbró al general Martínez a la presidencia el 2 de diciembre de 1831 e inauguró una dictadura militar que fue tambaleaba con el Acuerdo de Paz de 1992.
Por: Víctor M. Valle Monterrosa
La rebelión y la insurgencia fueron fuertes y ejemplares.
Diez mil millones de dólares de ayuda estadounidense a un régimen anti-pueblo, pero bien alineado con la política exterior de la primera potencia de las Américas, no pudieron derrotar a una guerrilla izquierdista que logró la construcción de un sistema electoral democrático y bien reputado.
Han sido 91 años de altibajos en la democratización, con un saldo pendiente enorme en materia de desarrollo social.
Una fecha para recordar y extraer lecciones políticas.
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