Lucha contra el paludismo se mantiene a pesar de la covid

Adolescentes charlan bajo la protección de un mosquitero en Sudán del Sur. África es la región del mundo más afectada por el paludismo, con 95 por ciento de los casos y 96 por ciento de las muertes por esa enfermedad en el mundo causada por mosquitos del género Anopheles.

La lucha contra la malaria o paludismo ha podido mantenerse el último año en todo el mundo sin contratiempos adicionales a pesar de la covid-19, según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, dijo que “tras un marcado aumento en el número de casos de paludismo y de defunciones debidas a esta enfermedad en el primer año de la pandemia, los países afectados por el paludismo redoblaron sus esfuerzos y pudieron mitigar las peores consecuencias”.

Los nuevos datos publicados por la OMS muestran que países de todo el mundo lograron en gran medida evitar que los servicios de prevención, detección y tratamiento del paludismo sufrieran contratiempos adicionales en 2021.

Según la edición de este año del Informe Mundial sobre el Paludismo, en 2021 murieron por esa enfermedad en todo el mundo 619 000 personas, en comparación con las 625 000 víctimas en 2020, el primer año bajo la covid.

En 2019, antes de que estallara la pandemia, las defunciones fueron 568 000.

Los casos de paludismo siguieron aumentando entre 2020 y 2021, aunque a un ritmo menor que entre 2019 y 2020. El cómputo mundial de casos de paludismo alcanzó en 2021 los 247 millones, 245 millones en 2020 y 232 millones en 2019.

Tedros dijo que “son numerosos los desafíos a los que nos enfrentamos, pero hay muchas razones para la esperanza. Con el fortalecimiento de la respuesta, y gracias a haber comprendido y mitigado los riesgos, creado resiliencia y acelerado la investigación, nos sobran los motivos para soñar con un futuro libre de paludismo”.

El paludismo es una enfermedad febril aguda causada por parásitos del género Plasmodium, que se transmiten a las personas por la picadura de hembras infectadas del género de mosquito Anopheles.

Los mosquiteros tratados con insecticidas son la principal herramienta para el control de vectores utilizada en la mayoría de los países donde el paludismo es endémico y, en 2020, los países distribuyeron una cantidad mayor de estos mosquiteros que en cualquier otro año sobre el que se poseen datos.

En 2021, el reparto de mosquiteros tratados fue sólido en general y se situó en niveles similares a los de los años anteriores a la pandemia: de los 171 millones de mosquiteros que estaba previsto distribuir, se entregaron 128 millones (75%).

Sin embargo, ocho países (Benin, Eritrea, Indonesia, Islas Salomón, Nigeria, Tailandia, Uganda y Vanuatu) distribuyeron menos de 60 % de sus mosquiteros tratados con insecticidas, y otros siete (Botswana, Chad, Haití, India, Pakistán, República Centroafricana y Sierra Leona) no repartieron ninguno.

La quimioprofilaxis (uso de sustancias químicas para prevenir la aparición de una enfermedad) estacional está recomendada para prevenir el paludismo entre los niños que viven en zonas de África donde la transmisión de la malaria está muy ligada a la estación del año.

En 2021, una nueva ampliación de esta intervención llegó a casi 45 millones de niños por ciclo de quimioprofilaxis estacional en 15 países de África, un incremento importante en comparación con los 33,4 millones que se beneficiaron de esta prevención en 2020 y los 22,1 millones de 2019.

Al mismo tiempo, la mayoría de los países lograron mantener durante la pandemia su capacidad para la detección y el tratamiento del paludismo.

A pesar de los desafíos logísticos y para la cadena de suministro vividos durante la pandemia, en 2020 los países donde el paludismo es endémico distribuyeron a los centros de salud una cifra récord de pruebas de diagnóstico rápido.

En 2021, los países entregaron 223 millones de pruebas de diagnóstico rápido, un nivel similar al notificado antes de la pandemia.

La politerapia con artemisinina es el tratamiento más eficaz en el caso del paludismo por P. falciparum, un parásito que causa la enfermedad. Los países donde la malaria es endémica administraron 242 millones de dosis de ese tratamiento en 2021, en comparación con los 239 millones de 2019.

A pesar de los éxitos, la OMS expuso que los esfuerzos se enfrentan a muchos desafíos, particularmente en África, donde se concentraron alrededor 95 % de los casos y 96 % de las defunciones a nivel mundial en 2021.

Entre las amenazas a la respuesta mundial contra el paludismo destacaron los trastornos acontecidos durante la pandemia y las distintas crisis humanitarias que convergen, los desafíos para los sistemas de salud y la financiación limitada.

También el aumento de las amenazas biológicas, y un descenso en la eficacia de las herramientas básicas para abordar las enfermedades.

“Necesitamos urgentemente nuevas herramientas, y la financiación que permita desplegarlas, para ayudarnos a derrotar al paludismo”, dijo la médica Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África.

El total de fondos destinados a combatir el paludismo en 2021 ascendió a 3500 millones de dólares, cifra que, si bien es superior a la de los dos años anteriores, está muy por debajo de los 7300 millones que se estiman necesarios para seguir avanzando en el objetivo de acabar con la enfermedad.

Al mismo tiempo, la pérdida de eficacia de los instrumentos básicos para el control del paludismo, sobre todo los mosquiteros tratados con insecticidas, impide continuar progresando en la lucha.

Las amenazas que pesan sobre esta herramienta clave de prevención incluyen la resistencia a los insecticidas; un acceso insuficiente; la pérdida de mosquiteros dado que el ritmo al que se usan en el día a día no permite sustituirlos a la misma velocidad, y cambios en el comportamiento de los mosquitos.

Otros riesgos son las mutaciones de los parásitos y su mayor resistencia a los medicamentos utilizados para tratar el paludismo, y la invasión en África de un mosquito adaptado a las zonas urbanas que es resistente a muchos de los insecticidas empleados en la actualidad.

A partir de finales de 2023, se espera que millones de niños, que viven en las zonas en las que el riesgo de contraer el paludismo y morir es más alto, se beneficien de los efectos salvadores de la primera vacuna antipalúdica mundial, la RTS,S. Otras vacunas contra el paludismo se encuentran en fase de desarrollo.

Fuente: IPS Noticias

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