La obtención de la Copa Mundial en Catar generó el desahogo de un país que necesitaba celebrar un triunfo en un clima signado por la crisis y la incertidumbre. Del alivio por ver a Messi campeón al desaforado festejo en las calles: ¿qué es lo que hace tan particular a la pasión futbolera albiceleste?
El ansiado golpe anímico
Sufrir para festejar, un mito argentino
«Son narrativas que nos enamoran: como si las cosas que no implicaran un sufrimiento no valieran. El esfuerzo vale, pero la moneda de cambio no puede ser el dolor», completa.
Un equipo, un país
Alabarces marca un aspecto crucial que son los resultados que alcanza. «El vínculo con los hinchas se explica porque la selección juega bien, aunque es cierto que dan la imagen de ser ‘buenos tipos’: un grupo de amigos que juegan al fútbol. Pareciera una identificación inversa a la de Maradona: Diego era atractivo por sus excesos excepcionales, mientras que ahora lo interesante es la medianía y la idea de los tipos comunes», destaca el sociólogo.
Detractores de la pasión
Para Alabarces «la idea de ir contra la corriente puede responder a un antipopulismo ridículo. Sin embargo, siempre puede existir una pequeña secta que crea que el fútbol es el opio moderno de los pueblos, lo que fue demolido hace 40 años», destaca el analista.