A las mujeres no se nos permite enojarnos. Por muy increíble que parezca, muchos, nos siguen considerando artículo de aparador, y como tal, pues debemos ser siempre agradables, amables, sonrientes, cautelosas y mesurables.
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Si llegamos a levantar la voz, entonces somos, agrias, amargadas, menopaúsicas, y hasta mal comidas. Porque de malas y señalando lo que nos molesta o lo que nos daña nadie nos quiere y todos nos critican. Cuando nos portamos demasiado bien, tampoco nos resulta, de todas maneras, la llevamos de perder, porque entonces pecamos de tontas.
Tengo que reconocer que no es santo de mi devoción y que hay una larga lista de situaciones que me parecen realmente cuestionables de la influencer o creadora de contenido (realmente no sé cuál de las dos estafetas se le debe colocar) veracruzana Yeri Mua, también conocida como “La Bratz jarocha”. De nombre real Yeri Cruz Varela, y con 21 años, desde los 16 comenzó a hacer tutoriales de maquillaje con los cuales viene acumulando seguidores y en sus redes sociales en conjunto, rebasa el número de los 12 millones. A esta chica le ha pasado de todo, porque ha querido ser libre y sin tapujos, cosa que pocos logran y tiene el valor.
En días pasados Yeri dedico exclusivamente uno de sus “en vivo” para exigirle a su expareja Brian Villegas (alias el Paponas) que le pagara por lo menos un millón de pesos mexicanos (aproximadamente 50 mil dólares) dinero que le prestó mientras mantenían su relación amorosa y que la deslindara como aval de sus hipotecas y prestamos bancarios que ocupó para levantar sus negocios.
Desde hace semanas, saltó gracias a un video de una trifulca fuera de un bar jarocho, la violencia y los abusos a los que Yeri fue objeto por el que fue su pareja por un par de años y con quien ostentó la corona en los pasados festejos de carnaval de el Puerto de Veracruz (triunfo que ahora también sabemos ella pago por los dos).
Como siempre pasa, se nos dibujó perfección irreal, y en el ansia de querer aparentar una pareja pactada en el amor, Yeri escondía la violencia emocional y las infidelidades en las que el Paponas incurrió una y otra vez, hasta que también por otro videíto, lo vimos en Mazatlán disfrutando de lo lindo, con una chica que no, no era la Mua. Y debido a todo esto, pues la jarocha reventó y expuso toda la situación ante millones. Muchos lo tomaron con poca seriedad y otros la señalaron de “ardida” diciendo que calladita se veía más bonita.
Pero no, no señores calladitas nunca, nos vemos bonitas y es realmente aplaudible que esta chica tenga el valor de contarnos su “historia de terror” junto a Brian. La mayoría muchas veces nos quedamos calladas en nombre de las buenas costumbres y tratando de no despertar el qué dirán de una sociedad que vive tapando machos irresponsables, infieles y violentos (y ojo no necesitan muchos pegar para serlo, eso ya lo tenemos claro desde hace mucho) pues en lo emocional, muchas veces el agravio es mucho más dañino y difícil de superar.
Cuantas historias por debajo del agua sabemos de mujeres que callan por no alborotar o de plano porque creen que llevaran las de perder. La lección es, que, si seguimos callando entonces sí, seguiremos perdiendo. Y es urgente que todo esto se exponga y se hable y como dice Yeri en su video “para que a otra no le pase”.
Porque sin darse cuenta, y en su campechanidad, ahí ella ejerció uno de los ejercicios de sororidad más reales y directos que he visto.
Y es que víctima puede ser cualquiera, así hayas ganado el premio nobel o no hayas ido a la escuela. Porque no es un factor el nivel académico para ser víctima de manipulación. Y la culpa no es de nosotras, NO, la culpa es solo del manipulador. Hay que dejar la pose, porque no sirve de nada, hay que dejar de romantizar relaciones no enriquecedoras y dejar de perseguir el sueño “Disney” donde forzosamente debe un príncipe venir a salvarnos.
Hay que dejar de pensar que solo sí o sí se debe vivir en pareja, porque estar soltero es casi casi como estar apestado. Hay que dejar de criticar, porque a cualquiera le puede pasar, o quizá le pasa y sigue aguantando. Bien Yeri Mua te aplaudo.