Primero como jerarca de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego como Pontífice, el prelado alemán enfrentó a los latinoamericanos que, a partir de la década de 1960, promovieron la opción religiosa a favor de los pobres
El brasileño Leonardo Boff, exsacerdote franciscano y cofundador de la Teología de la liberación, recordó los enfrentamientos que mantuvo con el alemán Joseph Ratzinger, primero como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 1981 a 2005, y luego como Papa Benedicto XVI, de 2005 a 2013.
En una entrevista en Costa Rica, Boff rememoró los detalles de lo que le sucedió en 1985, cuando fue víctima de la censura por orden del Vaticano. La decisión de la Santa Sede fue adoptada por Ratzinger para sancionar a Boff por publicar dos artículos precisamente en este periódico. Nacido en 1927, Ratzinger falleció este sábado en Roma.
“Ya había publicado dos artículos, pero de pronto vino la orden de Roma: simplemente (los jerarcas del Vaticano) no me dejaron que los siguiera publicando. Me lo prohibieron”, narró Boff este diario en una entrevista en una vista a la capital costarricense. “Y pagaban muy bien”, deslizó en voz baja, al exponer el episodio como uno más de la intolerancia ideológica vaticana de aquellas épocas en las postrimerías del siglo XX.
Boff relató que 1984 y 1985 fueron claves en su vida como cofundador de la teología de la liberación con el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez en un proceso de finales de la década de 1960 y de principios de la de 1970.
Como clamor de una generación de sacerdotes católicos latinoamericanos y caribeños a favor de los millones de personas acorraladas por la pobreza en América Latina y el Caribe, la Teología de la liberación ganó fuerza con el Concilio Vaticano II, de 1962 a 1965, y la Conferencia Episcopal de Medellín, Colombia, en 1968.
Distintos sectores de los movimientos de liberación nacional de las guerrillas izquierdistas que surgieron en América a partir del decenio de 1960, para combatir a los gobiernos derechistas militares pro-Estados Unidos, acogieron la teología como uno de sus elementos esenciales o principios básicos. El fenómeno inquietó a Washington y a Roma.
La teología, que estableció la opción prioritaria religiosa en beneficio de los pobres, se enfrentó a una arremetida de la Congregación, que de 1981 a 2005 estuvo bajo el mando del cardenal Ratzinger, luego papa Benedicto XVI y después papa emérito a partir de su renuncia en febrero de 2013.
La Congregación sometió a Boff en 1984 a un proceso por las tesis expuestas en uno de sus libros y en 1985 le condenó a un año de silencio, por lo que debió suspender todas sus tareas editoriales y académicas religiosas.
En 1992, Roma le volvió a acosar en medio de sus gestiones por la defensa de la naturaleza, por lo que finalmente decidió salirse de la orden franciscana, a la que ingresó en 1959 en Brasil, y colgar sus hábitos.
Nacido en Brasil como Genésio Darci Boff en 1938 —y con Leonardo como sobrenombre—, ahora es cónyuge de la brasileña Marcia Maria Monteiro de Miranda.
Tras la designación, en febrero de 2013, del cardenal jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa, Boff sugirió en abril de ese año a este periódico que la llegada al papado de un latinoamericano sería oportuna para reconocer la “santidad” de figuras estelares de la jerarquía católica en América Latina que perecieron acribilladas a balazos por los regímenes militares que gobernaron en gran parte del siglo XX.
“Benedicto fue fundamentalista. Francisco es pastor”
De manera enfática, el brasileño tendió una frontera entre Benedicto y Juan Pablo II, cuyo papado se prolongó de 1978 a 2005, como predecesores inmediatos de Bergoglio, con Francisco. “Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron papas fundamentalistas. Francisco es pastor”, planteó.
Al elegir a Francisco “más que un nombre” se escogió “un proyecto de iglesia pobre, sencilla, la iglesia de las bases, de la naturaleza que hay que respetar”, agregó.
Con el final del papado de Benedicto XVI, Francisco suscitó “muchas expectativas y esperanzas” y con “señales de que eso no es populismo, sino que es estilo de vida, es su carácter, y eso nos da la confianza de que empieza creo para la Iglesia el Tercer Milenio, porque estábamos en el Segundo perdidos y ahora empieza algo diferente”, describió en ese entonces el ex sacerdote brasileño.