Valle El Ángel es el nombre de un mega-proyecto urbanístico, en construcción, ubicado en la zona norte de San Salvador, a cargo de la constructora Urbánica, propiedad de la familia Dueñas.
Defensores del medio ambiente denuncian que, de consumarse dicho proyecto, se estaría afectando una importante zona de recarga acuífera, el nacimiento de agua del río Chacalapa, que abastece a 60 mil personas de diferentes comunidades de Apopa y municipios aledaños, así como graves daños al ecosistema y vida silvestre de la zona.
Para el abogado Alejandro Henríquez, de la agrupación ReverdEs e integrante del Colectivo Salvemos Valle El Ángel, este proyecto se construye con modificación de leyes y ordenanzas municipales, de manera fraudulenta. Es dañino que se vea los suelos salvadoreños como mercancía y no como un bien común, dijo Henríquez.
Según el abogado, las leyes han servido para legalizar un acto injusto.
El proyecto Valle El Ángel traerá un falso desarrollo al país, ya que las viviendas que ahí se proyecta construir no estarán al servicio de las grandes mayorías. Este proyecto arrebata el agua a los salvadoreños, por eso que en muchas zonas como Soyapango, Ayutuxtepeque, Mejicanos, San Marcos e Ilopango, entre otros sectores, el agua está ausente, enfatizó la abogada Dalia González de ReverdEs e integrante del Colectivo Salvemos Valle El Ángel.
Las grandes constructoras pertenecientes a las familias Poma, Dueñas, Salazar Romero y el grupo Brico, han salido beneficiadas por el Estado ya que les ha entregado para su servicio 30 millones de litros cúbicos de agua diaria, subrayó la abogada González.
Los daños ambientales que se están generando por la construcción de estos megaproyectos son irreparables, concluyeron los abogados y señalan que los pobladores más pobres del país son los que tendrán que pagar los platos rotos.
Fuente: YSUCA
