El fundamentalismo religioso es una manera equivocada de hacer interpretaciones. Tampoco es útil en la búsqueda de soluciones a las problemáticas sociales. Por el contrario, esgrimir esta postura favorece las dinámicas de discriminación sistemática para la otredad.
Por: Gabriel López Delgadillo
A inicios del 2023, las continuas pesquisas en la guerra de Rusia contra Ucrania mostraron la relevancia de las celebraciones religiosas entre dos naciones en pugna. Son varios los países en Europa y en Asia donde se establecen discursos de odio con motivos religiosos.
La poca tolerancia para las religiones de los demás, la promoción falaz de proyectos de nación que buscan una religión de Estado que excluye a otras religiones de las democracias y otras maneras de gobierno actual, devienen en el uso constante del discurso de odio y discriminación para quienes son identificados como ajenos a estas propuestas. También, de quienes son tildados de opositores por tener otra religión.
Los días pasados el Parlamento Europeo, hizo públicos los datos de la Cartografía del odio 2015-2020 (2022), donde se sistematizó información de instituciones oficiales, como la policía, ministerios de justicia y la Organización de la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Este ejercicio se hizo con datos de España, Francia, Italia, Hungría, Polonia y Alemania. Se consideraron un total de 32,226 casos vinculados a delitos de odio. Para este documento, por motivos metodológicos utilizaré sólo los datos que contemplan la totalidad de países en cuestión.
Este análisis expuso que el racismo y la xenofobia son la causa principal de esta tipología de delitos con 58.59%, un total de 18,880 incidencias. La segunda causa principal está vinculada a la intolerancia religiosa, considerada por las variables islamofobia (4.56%) con 1,470 casos, antisemitismo (9.28%) con 2,990 casos, anticristianismo y otras religiones (11.63%) con 3,747 casos respectivamente.
En total, los delitos sistematizados por intolerancia religiosa son 8,207 y constituyen 25.47%. Más de una cuarta parte de los delitos registrados en esta cartografía discriminaron las creencias de los afectados. Este tipo de infracción se registró con mayor aumento en los últimos años a comparación de otros delitos de odio. “Los hechos muestran desde insultos, hasta la interrupción de misas, asalto de templos, difamaciones, pintadas, pasando por agresiones físicas, psicológicas, actos violentos, crímenes de odio terroristas y de lesa humanidad” (Cartografía del odio, 2022).
Hoy, el aumento de intolerancias religiosas y discursos de odio motivan acciones de violencia y discriminación en varias partes de Europa y del mundo. Los crímenes del holocausto nos permiten recordar errores y limitaciones ante esta problemática que urge prontas soluciones.
En España, el asesinato de un sacristán y las heridas perpetradas a un sacerdote en Algeciras demuestran la vigencia de esta cuestión. “No existe una única causa que explique la intolerancia religiosa. Por un lado, los fundamentalistas religiosos consideran que su religión es la única verdadera. Por otra parte, existen otros niveles de activación de prejuicios contra las prácticas religiosas de otras personas a veces relacionadas con cuestiones sociales o frente a la visibilidad pública de otras prácticas” (Cartografía del odio, 2022).
*Maestro en Ciencias Sociales – México
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