Desde Buenos Aires, para Carlos Dada y Walter Raudales

Mi muy estimado Walter, acabo de leer la entrevista a Carlos Dada que publica el último número de El Independiente.

Por: Marcelo Valko*

Más allá del estupor que genera el título “Cualquiera nos puede matar”, primero quiero felicitarte por presentarlo como nota de portada, realmente te honra no solo por el tema de visibilizar la situación que denuncia el director de El Faro, sino también por hacer semejante “publicidad” a un destacado semanario, una actitud realmente independiente que prueba como la ética profesional no está reñida con la competencia periodística entre verdaderos compañeros que en definitiva apuntan a lo mismo, una Patria justa y fraterna, por esa línea editorial me alegra colaborar con la publicación que dirigís como lo vengo haciendo hace unos años.

Por otra parte, y pese a la distancia, deseo expresar mi solidaridad y mi saludo a Carlos Dada y agregar además las muy buenas referencias que tengo de su impecable trabajo. Me permito comentarles a ambos que la valiente lucha por la verdad que mantienen ustedes en un país donde la muerte no es ningún chiste me recuerdan a mi maestro Osvaldo Bayer, fallecido hace unos años, alguien que nunca claudicó en medio de tanto panqueque campeón de volteretas que saltan por un cargo demostrando la ideología de una veleta. Padeció exilio durante la Dictadura y luego regresó a “su puesto” asegurando que a la larga la ética triunfa.

Su conducta hizo escuela. En la entrevista Carlos Dada afirma con amargura que para mucha gente el Estado siempre estuvo ausente, lo sienten como un ente invisible y de pronto la democracia resulta una abstracción inservible para tantos compatriotas de nuestra Patria Grande a quienes envuelve una neblina de anomia. Se pregunta además si el periodismo sirve o tiene sentido. Comenta que hace 25 años intenta modificar la realidad salvadoreña y sin embargo todo sigue igual o peor. El diagnostico, puede ser oscuro pero solo un buen diagnóstico posibilita un buen pronóstico como me enseñaron la Universidad hace ya unos cuantos años. En principio estoy seguro que si no existieran las voces críticas ante el poder “sin esa profesión de la calle” la situación sería mil veces peor y los lectores de sus publicaciones lo saben. En Argentina o Brasil ocurre lo mismo.

Más allá de cierto desanimo y que uno por momentos parece luchar contra molinos de viento más grandes y numerosos que los que enfrentó el Quijote, estar de pie buscando la igualdad de derechos es un comienzo de victoria. Al igual que El Faro y El Independiente estoy persuadido que las voces sirven, las palabras ayudan, la limpieza en la mirada de uno marca el camino de muchos, multiplica, rescata de la oscuridad a tantos y ayuda a que los invisibles rompan el silencio. Y no es cuento ni guitarreo. Por eso suelo recordar con frecuencia a ese general del pequeño ejército loco cuando aseguró “un mosquito no detiene una locomotora pero puede llenar de ronchas al maquinista”.

Cuando desembarcó Colón sus espejitos de colores fueron la llave de la Conquista. Hoy multiplicaron por mil los espejitos y baratijas para obnubilar a las personas, para disuadirlas, para conducirlas y lograr un apoyo popular incluso masivo. Hoy los bufones con sus pases de magia hacen creer que la veleta no gira, sino que es el viento que cambia de dirección dejando con la boca abierta a más de uno.

Sabemos que la brecha del armamento informático entre unos y otros es abismal y peligrosa, tan peligrosa e intimidante como ese dron ingresando impune por la ventana del living que describe Dada y personifica la impunidad del capitalismo paseando impune, desnudo, pornográfico en la periferia de nuestros países. ¿Se imaginan que sucede algo así en Europa? Pero estamos acá, en este suelo americano y estas son las cartas de la baraja. Entre tanto, el viento de la historia sopla y si bien mucho corazón se gasta en este combate sabemos que las palabras ciertas, veraces ayudan a que sople mejor. Un gran abrazo, en la seguridad que es lento, pero viene…

*http://marcelovalko.com

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