Por: Scarlett Ma. Silhy
Quiero tu mirada y tu abrazo consentir,
siendo yo tu fiel refugio,
para que nuestras almas vuelvan a vivir,
a sentir
y nuestras almas,
con más pureza,
con más sinceridad y grandeza,
se animen a resurgir.
De blanco me vestiré,
de franqueza te vestirás
y bajo mi velo,
seguro de mi amor, estarás.
Porque sabré yo,
que las determinaciones no se toman al revés,
ni una,
ni dos,
ni tres;
porque los frutos vienen después.
Quiero acompañar tus pasos,
al son de tu querer,
no para completarte;
sino para complementarte
y en el ocaso de mi corazón,
hagas el amor en mi, renacer;
sin que nos haga falta tiempo.
Deja que el tiempo transcurra,
son su mejor pincel
y su más fina pintura;
porque añoro trazar el lienzo,
que tu mirada y la mía,
que tus ganas y las mías,
que tu espera y la mía,
habrán valido la pena, algún día.
Te quiero a tiempo,
no a destiempo.
Como para mirarte y
no creer que me miras;
para acercarme a ti y
no creer que estas a un solo paso de mí;
para que la curva sonriente de tus ojos,
encuentre simpatía en los míos
y para que tu mano,
en mi mano,
roce el sentir de la ansiada búsqueda,
sin realmente buscar;
porque siempre te he encontrado,
porque siempre ahí has estado,
en un hueco del alma,
en un hueco del corazón;
sin buscarle mayor razón.
Que no nos haga falta tiempo,
mucho menos hacer de tu querer y el mío un entre tiempo.
Como dicen:
tiempo al tiempo,
pero que tú sonrisa en la mía,
no sea a destiempo.