El 27 de marzo de 2020, solo ante una inmensa plaza de San Pedro vacía, el papa Francisco lanzaba un mensaje de esperanza para la humanidad, duramente azotada entonces por la pandemia del Covid-19, que apenas acababa de empezar. Ahora, con motivo del tercer aniversario de la Statio Orbis, ese mensaje del Papa viajará al espacio en forma de nano libro.
La misión, bautizada Spei Satelles (Guardián de la esperanza en latín), ha sido iniciativa, tal como informa Vatican News, de Lucio Ruiz, secretario del Dicasterio para la Comunicación, en colaboración con la Agencia Espacial Italiana, el Politécnico de Turín, el Instituto de Fotónica y Nanotecnología del CNR y el Apostolado Digital de Turín. Asimismo, se detalla que el Papa bendecirá el satélite y el nanolibro al final de su audiencia general el miércoles 29 de mayo, y la misión tendrá lugar el 10 de junio.
El cohete que transportará el nanosatélite, tal como ha explicado Ruiz, despegará desde la base de Vandemberg, en California. “Es muy significativo que, en un cambio de época como el que estamos viviendo, una comunidad de científicos, investigadores, universitarios y comunicadores se reúna hoy aquí para recordar el trabajo realizado juntos y presentar un pequeño signo de unidad y esperanza en un mundo tan dividido y desesperado”, dijo Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación, durante la presentación del proyecto.
“La fe no tiene miedo de la razón”
“Estar hoy aquí significa también demostrar concretamente la posibilidad de colaboración entre mujeres y hombres de ciencia y mujeres y hombres de fe”, concluyó Ruffini, recordando lo que dice el papa Francisco en Evangelli gaudium: “la fe no tiene miedo de la razón; al contrario, la busca, confía en ella”.
El libro que ahora irá al espacio y que recogía tanto fotos como las palabras del Papa en San Pedro se publicó en 2021 por la Librería Editrice Vaticana, y en 2022 año siguiente, la publicación fue depositada en el banco mundial de semillas, situado en el archipiélago ártico de las islas Svalbard, a unos 1200 km del Polo Norte.
Fuente: Vida Nueva