En el escenario de las divisiones, la mujer también se llevó su parte cuando María N. Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para América Latina denunció la gran brecha tecnológica que enfrentan las féminas en el país.
Las mujeres están limitadas en su acceso a la tecnología, al financiamiento y su participación en la vida económica en la región latinoamericana y específicamente en El Salvador, sin descontar la violencia y el feminicidio como principal problema.
Solo un 43 por ciento de las salvadoreñas participa en la vida económica del país, están subrepresentadas en la Asamblea Legislativa con apenas un 20 por ciento algo que tal vez un día cambie, pues el llamado sexo débil es mayoría, y por cada 100 hembras hay 88 varones.
No obstante, en el actual gobierno destaca que varias mujeres encabezan importantes ministerios como Relaciones Exteriores, Economía, Turismo y Vivienda, entre otros.
Por otra parte, el exembajador salvadoreño en Estados Unidos, Rubén Zamora, puso en duda el voto en el exterior en las elecciones de 2024 y aseguró que el escaso tiempo dado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para ofertas de empresas en implementar el voto electrónico, es caldo de cultivo para un fraude.
El político reiteró que esto es parte de un potencial “fraude moderno” que, a su juicio, se organiza desde el Ejecutivo.
En la semana también hubo ataques y criticas para los planes gubernamentales de modificación de los municipios del país de 262 a al menos 50, una propuesta que se mantiene latente hoy y que pudiera marcar espacios en los próximos días.
Otro tema que acapara atención y preocupa a la población es que la economía del país se debate entre propaganda y realidades.
El gobierno se abstiene de hablar de problemas que no sean de seguridad, mientras hay grandes promociones sobre el avance del turismo y la construcción, por ejemplo, dos sectores con notables aportes a la economía local y un crecimiento sostenido en los últimos años.
Sin embargo, algunos expertos, publicaciones y encuestas revelan retrocesos en indicadores sociales que pudieran ser reflejos de crisis económica y su influencia en el salvadoreño de a pie.
La canasta básica creció tanto en la ciudad como en el campo. Son realidades que se pueden tocar con la mano y que marcan divergencias en las opiniones, valoran expertos.