Los fenómenos climáticos La Niña y El Niño conjugan sus efectos para poner a El Salvador en una posición crítica en la producción agrícola de alimentos básicos, principalmente granos, alertan expertos.
El Niño amenaza nuevamente a la producción de granos básicos en El Salvador, advirtió la víspera el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Agropecuarios (Campo), Luis Treminio, al alertar que una reducción drástica en las lluvias pone en riesgo la cosecha postrera en el oriente.
Señaló el directivo que los pronósticos climáticos apuntan a que para mediados del año hay un 55 por ciento de probabilidad de la formación del fenómeno de El Niño, que suele asociarse con períodos de sequías y reducción de las lluvias.
Ese “jovencito” se dará la mano con La Niña que se paseó por la geografía local durante tres años y que incluso favoreció record de precipitaciones en la temporada anterior.
La transición hacia El Niño, estiman los especialistas del clima provocará que los meses más lluviosos, agosto y septiembre, reduzcan sus acumulados.
Según la tradición y la práctica, los productores de granos básicos comienzan a sembrar con las primeras lluvias del invierno, sobre todo en la zona occidental, mientras que los agricultores de oriente suelen esperar a que pase la canícula, que ocurre a finales de julio en el corredor seco.
La presencia del fenómeno de El Niño amenaza nuevamente a que el país sufra una sequía severa como la de 2018, cuando algunas zonas pasaron casi 40 días sin lluvias y dejó pérdidas millonarias para el sector agrícola, alertó Campo.
Los posibles daños causados por El Niño empujarán a más familias salvadoreñas a caer en pobreza e inseguridad alimentaria al ver reducidas casi a cero la producción de algunas cosechas por la ausencia de lluvias.
El fenómeno surge, explican los expertos, cuando las aguas del Océano Pacífico se calientan, mientras que La Niña se genera al combinarse un calentamiento del Atlántico con un descenso de las temperaturas en el Pacífico. (PL)