Más allá de las cadenas de la ilusión

La realidad o todo el universo de cosas fenoménicas y que aparecen como existentes, son realmente ilusorias (filosofía hindú).

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo

El psicoanalista judío alemán, Erich Seligmann Fromm, publica “Más Allá de la Cadenas de la Ilusión: mi encuentro con Marx y Freud”, en los primeros años de la década del sesenta del siglo veinte. La obra trata de una autobiografía intelectual, que deriva de su interés por las teorías de Karl Heinrich Marx y de Sigismund Schlomo Freud. Los primeros siete capítulos de la obra, constituyen una exposición de las teorías de Marx y Freud. Los capítulos ocho y nueve, la aportación más personal de Fromm, el carácter social y el inconsciente social. En el último capítulo, nos presenta sus creencias respaldadas por un racionalismo iluminista. El punto central en las teorías de Marx y Freud es la alienación, ambos sostienen que el hombre no es libre. Éste está determinado por factores objetivos, que actúan a su espalda. Pero, ambos, aseguran que el hombre puede llegar a serlo. Freud considera que lo puede lograr desvelando su inconsciente, mientras que Marx por la destrucción de la estructura social alienante.

El pensamiento de Fromm quedo ligado a los sistemas de Marx y Freud, esforzándose en relacionar las teorías de ambos autores. Las pensamientos fundamentales y comunes de Marx y Freud son: de todo hay que dudar, nada de lo que es humano me es ajeno y la verdad os hará libres.

Ambos sostienen que las percepciones no corresponden con la realidad. La realidad está determinada, según Marx, por la organización socio económica de la sociedad y según Freud, por la estructura libidinal del individuo. Señalan que, el hombre vive de ilusiones, porque los ensueños hacen llevadero el dolor de la vida real.

Tanto Freud como Marx son humanistas. Marx entronco con la tradición humanista occidental y Freud con el concepto del inconsciente, en donde todos los hombres comparten los mismos deseos subconscientes. El enfoque dinámico y el enfoque dialectico de la realidad, advierten que fuerzas detrás de los meros hechos, son las que crean los patrones de conducta.

Fromm certifica la existencia de una naturaleza humana. Marx habla de una naturaleza humana general, materia prima humana que no puede modificarse y una naturaleza humana modificable, el hombre concreto, producto de la historia y que se transforma a sí mismo a lo largo de su historia. Según Freud, el hombre, la naturaleza humana, es una maquina impulsada por energía sexual, que es la fuerza impulsora desde el nacimiento a la pubertad. Y el desarrollo de la raza humana se asemejaría al hombre primitivo, que vive satisfecho porque no inhibe ningún instinto, pero, no es creador de cultura. El instinto frustrado, es el nervio central de la civilización. Cuando más civilizado, más sublima el hombre y más frustrado se siente, pero, es más culto y más sabio. El concepto central de la teoría evolutiva en Marx es, el desarrollo de la relación entre el hombre con la naturaleza. La progresiva independencia de la naturaleza hace avanzar al hombre.

Marx presenta una fe inquebrantable en la perfectibilidad del hombre, Freud se muestra escéptico, ya que la evolución humana es algo trágico: retroceder es perder sabiduría y avanzar es mayor vulnerabilidad.

Freud sostenía que, el hombre está motivado por fuerzas mutuamente conflictivas. El materialismo histórico marxista sostiene que, las formas de producción del hombre determinan su manera de vivir, su pensamiento y la estructura social y política de su sociedad.

Marx y Freud se interesan por la enfermedad psíquica en distinto planos, Freud se ocupa de la patología individual, Marx se ocupa de la patología social. Para Marx, la expresión más fundamental de psicopatología es la alienación. La raíz de la patología está en ciertas cualidades específicas de la organización social. Mientras que, para Freud, la patología está en las características específicas del grupo familiar. La enfermedad es la enajenación y la verdadera salud mental será, la independencia. Para Freud la persona sana es la que ha llegado al “nivel genital” sin sufrir regresión             y, vive su existencia adulta, produciendo cosas y reproduciendo la raza. Para Marx el concepto de hombre sano, arraigado en el concepto humanista del hombre, es independiente, activo y productivo. La independencia radica en el acto de auto creación.

Marx postulo la mutua dependencia entre las bases económicas de la sociedad y las instituciones. Las primeras determinan a las segundas. Para Fromm, la conexión entre la base económica y la superestructura ideológica radicaría, en el carácter social y el inconsciente social. El carácter social representa la forma específica en la cual, se canaliza la energía de esa sociedad. Es el núcleo de la organización del proceder compartido por la mayoría de miembros de una misma cultura. La esfera socioeconómica de la sociedad, determina el carácter del hombre. No solo la base económica crea determinadas ideas, las ideas creadas influyen sobre el carácter social e inciden en la estructura económica. El carácter social es el intermediario entre la estructura socio económica y las ideas que imperan en la sociedad. El inconsciente individual se produciría por la represión de ciertos contenidos psíquicos. Así como hay un inconsciente individual, hay también un inconsciente social. La subjetividad del hombre está determinada por factores que actúan a espaldas de este y determinan sus pensamientos, emociones y actos. También Marx piensa que la conciencia del hombre es falsa, ya que hay fuerzas que actúan al margen de la conciencia, determinándola.

El hombre está obligado a reprimir lo que, al grupo social, al que pertenece, no aprueba.  Marx y Freud admiten que el hombre puede liberarse de la servidumbre y sacudirse las cadenas de las ilusiones. Pero, no hay acuerdo en el procedimiento para lograr la “liberación”. Freud cree que se puede vencer la represión, sin necesidad de transformaciones sociales. Para Marx, la realización del hombre solo puede acontecer junto a cambios sociales, que lleven a una organización social y económica verdaderamente humana. Se reprime lo que está en desacuerdo con las ideas imperantes, por miedo al aislamiento del grupo social y por el temor a quedar aislado de la humanidad que lleva dentro de sí.

Fromm expone que las ideas degeneran en ideologías, que terminan siendo manejadas por burocracias dominadoras y maliciosas. Y las teorías de Marx y Freud no han escapado a ese destino. El sistema original de Freud se convirtió en instrumento de dominio del individuo, en manos de la explotación capitalista. Y los socialistas consideran al socialismo, como movimiento destinado a mejorar la situación económica y social, dentro del capitalismo.

Finalmente, las preposiciones de “profesión de fe” de Fromm son: el hombre es parte de la naturaleza, pero la transciende por la razón y la conciencia. Solo el hombre puede encontrar una meta para la vida y los medios para realizarla. El factor más importante es, la estructura y los valores de la sociedad que alberga al individuo. El elemento más importante es, desobedecer los mandatos del poder. La alternativa no es entre capitalismo y comunismo, sino, entre burocracia y humanismo. La libertad e independencia podrán lograrse, hasta que se rompan las cadenas de la ilusión. El hombre es perfectible, pero, no logrará su meta si no despierta pronto.

*Psicólogo salvadoreño

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