“Mi pueblo triste, Mi pueblo pobre”
(Soneto para un pueblo que camina)
Dormido está de pie, sujeto a su cruz,
no ve más allá del espejismo vacío;
absorto en falsas glorias de irreal ensueño
que le succiona el ansiado buen juicio.
Atado al grial del “me gusta” fugaz
sin sentir la esclavitud de alienación,
conviviendo con fantasmas en su jaula.
Ni el gran espectáculo del “reality”
logra sacarlo del letargo instalado.
En mi “Jodido pueblo” ignorante de su suerte
también viven los pocos que brindan luz y calor,
como David con goico empeño luchan.
Hacia el despertar colectivo aspiran,
saltando hacia la verdad, luz del alba.
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