El libro “Adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes”, es una compilación de un congreso internacional patrocinado por la Fundación Gaudium, donde Enrique Echeburúa, Francisco Javier Labrador y Elisardo Becoña fueron los coordinadores.
Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*
El Prólogo fue escrito por Hernando Almuneda Pérez, quien sostiene que el concepto de adicción está relacionada a las adicciones a drogas. La falta de control y la dependencia, son los componentes fundamentales de los trastornos adictivos.
La Introducción fue escrita por Enrique Echeburúa, Francisco Javier Labrador y Elisardo Becoña, quienes sostienen que las nuevas tecnologías han producido un cambio en nuestra vida cotidiana y están abriendo una brecha digital entre el mundo occidental y los países pobres y entre los adultos y los adolescentes.
Enrique Echeburúa y Paz de Corral firman “Las adicciones con o sin droga: una patología de la libertad”. Los autores dicen que el Ser Humano necesita un nivel de satisfacción global repartido en diversas actividades. Cuando la persona se siente carente o contrariada en alguna faceta de su vida, puede centrar su atención en una sola actividad. Las personas adictas a determinada conducta, experimentan el Síndrome de Abstinencia cuando no pueden llevarla a cabo. El Síndrome de Abstinencia es el núcleo fundamental de todas las adicciones.
El segundo trabajo, “Adicción a nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes”, asentado por Francisco Javier Labrador y Silvia María Villadangos. Afirman que las nuevas tecnologías son adictivas por el excesivo tiempo dedicado a la actividad, la pérdida de control sobre ésta y la interferencia con las actividades de la vida cotidiana. Un estudio epidemiológico con el “Cuestionario de Detección de Nuevas Adicciones (DENA)” arrojo que, de mil setecientos diez sujetos, el noventa y siete por ciento hacía un uso frecuente de la televisión, un ochenta y siete por ciento del internet y un ochenta por ciento del teléfono móvil. Los adolescentes dedicaban siete horas al día a las nuevas tecnologías. Las mujeres usan más el internet y el teléfono móvil. En cambio, los hombres, usan más los videojuegos.
El tercer trabajo es escrito por Elisardo Becoña con el título “Factores de riesgo y de protección en la adicción a las nuevas tecnologías”. Plantea que los factores de riesgo en los jóvenes son la baja autoestima, la depresión, la impulsividad, la búsqueda de excitación y desinhibición, la agresividad física, los déficits de habilidades sociales, la rebeldía y la psicopatología del individuo y sus padres.
Lourdes Estévez, Carmen Bayón, Javier de la Cruz y Alberto Fernández-Lira, mecanografían “Uso y abuso de Internet en adolescentes”. El uso excesivo de Internet se asocia a consecuencias adversas como fracaso académico, aislamiento social, depresión, conflictos familiares. La Internet tiene cualidades específicas que contribuyen a potenciar su adicción como el “anonimato” en las transacciones electrónicas. De hecho, la conducta on-line se caracteriza por la desinhibición, la pérdida de pudor y la ausencia de miedo a expresarse de forma libre. Llevada al extremo, a la creación de personalidades virtuales. El Test de Adicción a Internet diseñado por McOrman y el Test de Adicción a Internet de Young, sirven para discriminar al usuario de “riesgo” del usuario “problemático”.
Marina J. Muñoz, Liria Fernández y Manuel Gámez, rotulan “Adicción y abuso del teléfono móvil”. Afirman que la persona vulnerable al uso problemático del teléfono móvil tiene baja autoestima, muestra extroversión e impulsividad. Pero, es la presión social la que hace del móvil un instrumento de status social. El abuso de la telefonía móvil genera un gasto excesivo de dinero. Otros efectos secundarios son, la exposición a radiaciones de radio frecuencia sobre el organismo y las consecuencias perjudiciales para la seguridad vial. A través del teléfono móvil se puede acceder a Internet y a Salas de Chat. Por lo que el móvil, es un medio para otras adicciones. Para medir adicción al móvil se encuentran: La escala de uso problemático del teléfono móvil de Bianchi y Phillips, el cuestionario de uso problemático del teléfono móvil de Billeaux, Vander, Linden y Rochat y el cuestionario diagnóstico de uso problemático del servicio de mensajes cortos de Rutland, Sheets y Young.
Juan Alberto Estallo anota “El diagnóstico de «adicción a videojuegos» uso, abuso y dependencia”. Los rasgos de personalidad de los profesionales de la informática, pueden aplicarse a los jugadores de videojuegos: introvertidos, brillantes intelectualmente y con escasas aptitudes sociales. La adicción a los videojuegos desconecta del mundo a muchos adolescentes. Los efectos negativos sobre la salud son las molestias oculares, cefaleas, dolores de cuello y muñeca y la obesidad. En mil novecientos noventa y cuatro, Fisher desarrollo la Escala para evaluar el uso excesivo de los videojuegos.
Fernando Pérez del Rio escribe “Tratamiento de las adicciones sin drogas: hacía un uso sano de las tecnologías”. Pérez del Rio afirma que el tratamiento es por objetivos. Debe seguirse una determinada estrategia e ir a lo fundamental, acercarse al problema principal de la persona. Sus objetivos son el uso adecuado de las nuevas tecnologías, prevenir el desarrollo de conductas compulsivas y acompañar a las personas que han perdido el control de su comportamiento. Luego de las primeras tres sesiones, los padres se dirigen a Escuela para Padres y los hijos asisten a talleres específicos. Paralelamente se mantienen entrevistas y encuentros con su familia.
David Greenfield, redacta “Tratamiento Psicológico de la adicción a internet y las nuevas tecnologías”. Para el tratamiento es necesaria una motivación realista del paciente y su familia. Se usa la terapia familiar sistémica, la terapia de pareja y el apoyo psicológico o farmacológico.
Xabier Carbonell, Carla Graner, Marta Beranuy y Ander Camacho, son los autores de “Fomento del uso saludable de las tecnologías de la información y comunicación en familia y escuela”. Las recomendaciones para un uso saludable de las tecnologías de información y comunicación son: que los padres y los educadores participen y compartan con los adolescentes el uso de la Internet. Hay que contrarrestar el aislamiento que produce la televisión, los videojuegos, el móvil y el ordenador. Educar que Internet es fuente de información y formación. Programar los tiempos de uso y entender que el exceso de internet es una forma de reaccionar a un malestar psicológico. Proponen, a la vez, una serie de consideraciones para el abuso del móvil y consejos para fomentar el uso saludable de los videojuegos.
María José Mayorga dicta “Programas de prevención de la adicción a las nuevas tecnologías en jóvenes y adolescentes”. Las Naciones Unidas definen prevención a la adopción de medidas para impedir que se produzca deficiencias físicas, mentales y sensoriales o impedir deficiencias, cuando se han producido, que tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas. Un programa preventivo, es un conjunto de actividades que impiden la aparición del problema al que se dirige. Los destinatarios de las acciones preventivas son los alumnos, sus padres y madres. Los objetivos de los programas son: utilizar las nuevas tecnologías sin riesgo y evitar el peligro de incurrir en una relación de dependencia
El epílogo titulado “Retos del Futuro”, fue escrito por Francisco de Asís Babín. Dice que se debe trabajar en la prevención, desde edades tempranas, tanto en la familia como en la escuela. Los escenarios de prevención son la capacitación y familiarización de los adolescentes en el uso adecuado de las tecnologías de información y comunicación, resistencia a la presión grupal y favorecimiento a un desarrollo madurativo y adaptado y formación de padres.
*Psicólogo salvadoreño