Una megaprisión construida por el Gobierno del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, presenta serias deficiencias en su estructura.
Un extenso informe sobre el establecimiento penitenciario, conocido como Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), y que es considerado como una de las obras insignias de la actual administración en su lucha contra la violencia de las pandillas, mostró que no tiene la capacidad anunciada y que carece de planes de reeducación y trabajo para los reos.
«Radiografía al Cecot desvela su verdadera capacidad y falta de talleres», titula LPG en su contenido sobre la megacárcel solo visitada por algunos medios y con medidas de restricción de accesos, según quienes lograron entrar a ella.
Está diseñada para albergar a la mitad de los 40 mil reos que las autoridades presumen serán resguardados en ese recinto y, según un técnico que participó de su construcción, tampoco tiene los talleres que fueron publicitados en cadena de radio y televisión nacional el día de la presentación en enero.
Cecot está diseñado para alojar a 20 mil 480 reos y no 40 mil, de acuerdo con la fuente citada y el análisis a siete videos que muestran el interior de las instalaciones: dos institucionales y cinco de medios de comunicación (AFP, CNN, Telemundo, Canal 12 y Revista Semana).
Según LPG, esto significaría que en caso de alojar a los 40 mil presos, que el gobierno salvadoreño afirma caben allí, se estaría sobrepoblando en casi un ciento por ciento la instalación.
El centro está diseñado para que los presos no salgan de su celda en ningún momento, a menos de que sean llevados a otras de castigo o a las salas de audiencia virtual. Allí mismo comerán.
La fuente sostiene que no se construyeron otros espacios para que los reclusos caminen como patios, áreas de visitas, gimnasios o campos para actividades reformativas, precisó el periódico.
Tal publicación indicó que «el recinto de las fábricas no existe, sino que se trata de un montaje. En ese módulo que hasta esa fecha se encontraba inconcluso se construirán más celdas para así poder llegar a los más de 40 mil reos que buscan confinar en la megacárcel».
De acuerdo con el técnico, en un principio ese módulo estaba destinado para ser utilizado para fábricas, pero mientras se realizaba la obra se capturaron más pandilleros de los estimados durante el régimen de excepción y tuvieron que rediseñarlo para convertirlas en más celdas. «Se echaron para atrás», sostiene.
Para el medio, la construcción de la cárcel considerada por Osiris Luna, directivo de prisiones, como de «primer mundo» no cumple con ninguno de los cuatro principios esenciales para la planificación y diseño de establecimiento penitenciarios que propone el Comité Internacional de la Cruz Roja. (PL)