El caso ocurrió el 09 de junio de este año. El menor de edad, salía del colegio y junto a su padre se conducía en una bicicleta rumbo a su casa.
Según el relato del niño de 12 años, quien habló con el consentimiento de su madre, unos cinco agentes de la policía que se conducían en una patrulla los retuvieron, les hicieron preguntas y procedieron a registrarlos.
“Pónganse las manos en la cabeza”, les dijo el policía. El padre y su hijo obedecieron. Al niño le preguntaron dónde estudiaba y él les dijo el nombre del colegio que estaba a unas cuadras de donde los tenían retenidos.
Al niño le revisaron las bolsas del uniforme, vaciaron su bolsón y revisaron sus cuadernos. En el bolsón tenía un llavero metálico con forma de espada, el cual fue decomisado con el argumento de que “era peligroso”.
Mientras los interrogaban pasaron varias personas que se detuvieron preocupados por lo que observaban, pero los policías les pedían que se retiraran.
El menor de edad comenzó a llorar porque tenía temor y no sabia que pasaba. Finalmente, luego de retenernos por una media hora en la calle, los dejaron ir.
“Este hecho es tan indignante porque estamos en un contexto en el que no se respetan los derechos humanos y menos los derechos de la niñez”, dice su madre indignada por lo sucedido. ¿Cómo es posible que se detenga y se trate a un niño como si fuera adulto?, cuestiona.
La madre del menor de edad considera que no es justo que la niñez salvadoreña se enfrente a medidas represivas ordenadas por el gobierno y ejecutadas por policías y militares. Considera una violación a los derechos de la niñez que agentes policiales registren e interroguen a niños menores de edad.
“Es indignante que no exista el más mínimo respeto a la dignidad de la niñez salvadoreña con la excusa de estar bajo un régimen de excepción”, señala, preocupada la madre, porque su hijo ha quedado afectado emocionalmente por lo sucedido. Ha gestionado ayuda psicológica en el colegio, pues asegura que lo que vivió su hijo le ha causado un daño.
Otras madres del colegio que han conocido el caso se muestran muy preocupadas por lo que les pueda pasar a sus hijos, en el marco del régimen de excepción. La medida que inició con el fin de capturar pandilleros, y que se ha extendido por más de un año, ha permitido una serie de violaciones a los derechos humanos de personas que no tienen vínculos con delincuentes.
Fuente: Radio YSUCA