Miles de fumadores luchan por abandonar la adición al cigarrillo por sus riesgos para la salud, en un ambiente donde ciencia y tecnología se dan la mano a favor de las personas.
Por: Luis Beatón
En este escenario no son pocos los especialistas que abogan por la reducción de daños o reducción de riesgos por tabaquismo, y trabajan “pura y exclusivamente” por un mundo libre de humo como dijo Andrea Costantini, médica y experta de Argentina vinculada al trabajo de la empresa Phillip Morris para llevar al mercado probados productos que no quemen tabaco.
Recién esa novedosa tecnología irrumpió en El Salvador ofreciendo alternativas y disminuyendo el daño a fumadores al eliminar el 95 por ciento de sustancias tóxicas, al evitar el humo, pues no quema al cigarrillo, sino que calienta el tabaco para poder extraer el sabor y la nicotina, según destacaron medios locales.
De la mano de la ciencia y la tecnología, Philip Morris International (PMI), la mayor compañía tabaquera a nivel mundial, presentó aquí el IQOS, dispositivo controlado del calentamiento al tabaco.
Pero, además, este esfuerzo también tiene una vertiente económica puesta sobre el tapete por prestigiosos centros de investigación y universidades.
Al respecto, un estudio reveló que cambiarse a cigarrillos electrónicos u otros dispositivos donde no esté presente la combustión representará un ahorro millonario para el sistema de salud de los países, en el caso del Reino Unido, por ejemplo, cerca de 500 millones de libras esterlinas al año (630 millones 700 mil dólares estadounidenses).
La investigación de la Universidad Brunel de Londres determinó que habría un ahorro en los gastos por tabaquismo y las enfermedades relacionadas al hábito de fumar como cáncer, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, bronquitis crónica y enfisema, entre otros.
El estudio publicado en el British Journal of Healthcare Management se hizo con base en el análisis de los datos relacionados con el tabaquismo como causa de muerte, así como el riesgo de desarrollar cinco enfermedades como resultado del hábito: cáncer, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, bronquitis crónica y enfisema.
Si el 50 por ciento de los fumadores logra hacer la conversión a alternativas de riesgo reducido habrá un importante ahorro en ingresos hospitalarios y otros gastos de salud.
Destacó la pesquisa que, el ahorro también sería significativo para el gasto en seguridad social y atención social debido al tabaquismo, que juntos ascienden a más del doble del costo de fumar para el Sistema de Salud británico, que anualmente representa más de 2.5 billones de dólares.
El profesor Francesco Moscone, experto en economía empresarial de la Universidad Brunel de Londres y uno de los participantes en la investigación, aseguró que una transición de los cigarrillos tradicionales a los vaporizadores presentaría una oportunidad crucial atendiendo a que al eliminar la exposición al humo se excluyen el 90 por ciento de las sustancias dañinas para los fumadores.
En esa línea, Deborah Arnott, directora ejecutiva de la organización benéfica Action on Smoking and Health (Ash), apoyó la investigación de la universidad londinense por sus beneficios para la economía y la salud del país, algo que aun debe superar creencias no comprobadas por la ciencia de daños que presuntamente produce el vapeo.
Cabe señalar que las conclusiones de este nuevo estudio chocan diametralmente con las recomendaciones que surgen desde el Convenio Marco por el Control de Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, dado que dichas conclusiones ignoran la evidencia que existe sobre reducción de riesgos para fumadores que cambian a alternativas menos dañinas.
Tal vez la Conferencia de las Partes (COP10) del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco que se llevará a cabo el próximo mes de noviembre en Panamá pueda servir para acercar posiciones que favorezcan las políticas de reducción de riesgos o daños para los fumadores.
Mientras tanto y en ese país, centro de uno de los mayores mercados subterráneos de comercio de cigarrillos en el mundo, donde nueve de cada 10 cigarrillos consumidos provienen del mercado ilegal, la controversia crece por los gastos millonarios que este evento representará para el presupuesto del Ministerio de Salud local.
Así todo, en El Salvador las nuevas tecnologías sobre reducción de daños irrumpen como alternativas en el mercado.