Desvaríos del régimen

Lo volvió a hacer.

Por: Luis Arnoldo Colato*

Apenas unas horas hace que se hizo público el arreglo adelantado entre el régimen y el gran motor de la informática, Google, generando grandes expectativas entre la población, como antes lo hiciera el bitcoin o los muy celebrados polos de desarrollo.

Esa alianza, al menos mediática, ha provocado en más de alguno lograr conquistar alguna de las plazas de Google, donde los horarios no se sujetan a horas calendario, las labores al estrés o la interrelación ocupacional a la alta conflictividad que la mayoría afirma padecer en nuestra latitud.

Sin embargo, considerando que Google tiene como principal producto ser el mayor motor de búsqueda en la red, no es la generación de empleos y menos aún la transferencia de tecnologías el beneficio que obtendrá el estado salvadoreño de este arreglo, lo que desde ya tiene que quedar claro, a pesar que ello supondrá la transferencia de hasta $500, 000, 000. 00 anuales por parte del estado salvadoreño.

Tal convenio tiene otro propósito, que ya expusiera la diputada Claudia Ortiz, miembro de la oposición legislativa, quien reseña atinadamente como la administración ha preferido de nuevo realizar una apuesta por demás mediática, que atender sus obligaciones para con los trabajadores, de quienes sustrajo recursos del fondo de pensiones en la forma de un empréstito concedido al propio estado, y que durante 4 años no nos reportará a los trabajadores ningún beneficio, pues se ha realizado a tasa 0% y dirigido tanto a pago de deuda como a la campaña que el oficialismo adelantara en las elecciones venideras.

Una verdadera ganga, ¿no?

También llama la atención con este hecho como el régimen continúa destinando recursos a inversiones cuyo mérito es puramente de imagen, descuidando por completo laboral y jurídicamente a la población.

Así se ha despedido del sector público hasta 25, 000 funcionarios por razones políticas injustificadas, asociadas a cómo estos llegaron a conformar al estado en sus diferentes misiones, sustituyéndolos por cuadros partidarios altamente ideologizados, sin más credenciales que el haber sudado la camisa, insuflando volumen al estado, pero sin aportar ningún saber o habilidad, que no las poseen.

Ello está plenamente demostrado con la creciente incapacidad y forzado anquilosamiento estatal de la presente gestión, producto de la nula idoneidad de estos elementos cuyas únicas habilidades patentes son su mediocridad y arrogancia.

También es grave el desempleo de hasta un cuarto de millón de trabajadores en el sector privado, que en los últimos 4 años se han perdido, sin que el régimen les ofrezca más opción que la vieja fórmula de la derecha: orillarlos a emigrar ilegalmente, para así obtener por su medio remesas.

Entonces, conservado y hasta aumentando el presupuesto de la asamblea legislativa a pesar de la reducción de sus diputados, se aprecia cómo el régimen está interesado en impedir que el soberano en las venideras elecciones, detente opciones electivas entre las que elegir con verdadera libertad.

Entendamoslo: el propósito del régimen es simplemente preservar el poder para garantizar su impunidad.

Y entretanto, ¿Quién nos salva?

*Educador salvadoreño

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