Sobre el discurso de Bukele en Naciones Unidas

Escuchamos el discurso del presidente constitucional de El Salvador Nahib Armando Bukele en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas, en donde no tuvo reparos para exponer ante la comunidad internacional un El Salvador que sólo existe en su cabeza, un El Salvador fabricado con cientos de millones de dólares en empréstitos e impuestos regresivos.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

Que los países que desean salir de su atraso y subdesarrollo deben aplicar las medicinas que El Salvador está aplicando, que muchos de los piases nos ven como un referente mundial de cómo se resuelven los problemas. Es curioso que en todo el discurso no hablo de democracia, no habló del respeto a los derechos humanos, perdón, sí mencionó el tema fustigando a los organismos internacionales que defienden los derechos humanos.

Como que la palabra democracia y derechos humanos no existen en el diccionario del régimen y los índices internacionales tienen que ver con poseer una población a quienes se les respeten sus derechos ciudadanos, una población con seguridad alimentaria, que los índices de pobreza no sufran un crecimiento galopante, en donde los ciudadanos tengamos seguridad jurídica.

Habla de logros en salud en donde los médicos son criminal-izados por exigir respeto a sus derechos como trabajadores de salud, logros en educación en donde las escuelas no cuentan con recursos, muchas de ellas no tienen techo, agua potable o electricidad, en donde la educación ha tenido un franco y continuado retroceso.

Qué bueno hubiera sido que el presidente hablara de que en El Salvador se respeta la libertad sindical en donde ningún trabajador es despedido por formar o pertenecer a un sindicato, que tenemos un país con un irrestricto respeto a la libre expresión de ideas y la libertad de opinión.

Siempre habló de una supuesta falsa guerra, en donde en la lucha entre las potencias del este y el oeste se les ocurrió imponernos una guerra. Que análisis más brillante y contradictorio, porque debemos pensar que en la guerra no existían causas internas y no existía una potencia mundial, Estados Unidos, que asfixiaba las libertades de nuestros pueblos, que no fue una guerra como producto de un estado oligárquico- policial que imponía políticas coloniales.

Que no fue una guerra para salir de un dictadura de 60 años, la dictadura más larga de América Latina, tal vez lo que le molesta a nuestro presidente es que fue un triunfo popular en donde por primera vez en la historia, desde la invasión española, las fuerzas populares se sientan a la mesa con los poderes reales y fácticos, a discutir, no a dar directrices a seguir, para conformar un país con futuro.

Y esos acuerdos que tanto disgustan al presidente, no fueron los que permitieron modificar la constitución para que todas las fuerzas participaran en política partidaria y con eso evitar la exclusión y la marginación política de las amplias mayorías. Que si bien es cierto los sucesivos gobiernos no trabajaron para mantener vivos los acuerdos. El gobierno de Bukele tomó la decisión de enterrar los acuerdos, enterrar a la oposición política, y negar sistemáticamente el derecho de un pueblo a estar debidamente informado.

Dice que mucha gente quiere venir al país a ver las maravillas bukelistas, así como los colombianos que están encarcelados y sus familiares se agolpan en la cancillería en Bogotá pidiendo que el gobierno, de Colombia, interceda para lograr que sus familiares tengan un debido proceso.

El ejemplo bukelista de gobierno, que de acuerdo al discurso, es un referente mundial. Pero según artículo de Ricardo Valencia en el periódico digital El Faro, todos los candidatos que han tomado la bandera de Bukele han perdido las elecciones en sus respectivos países, incluso los libertarios como Javier Milei, que sus políticas han sido tremendamente criticadas y que en experimentos han demostrado ser un rotundo fracaso, se ha tenido que distanciar de las políticas de Bukele.

De acuerdo al discurso, sus logros nadie se atreve a refutar, que posición más prepotente, considerando que son hechos consumados, que pone en evidencia su autoritarismo mesiánico y su aberrante dogmatismo estructural.

Hubiera sido bueno que se comprometiera ante la comunidad internacional a entregar el poder a otro ciudadano como demanda la constitución de la república, en luchar contra el flagelo de la corrupción que campea en el estado, de cómo hará para sacar de la pobreza extrema a un millón de salvadoreños, de su compromiso irrestricto por respetar los derechos humanos de todos los salvadoreños, en resumen, respetar la ley.

Que se comprometa ante la comunidad de naciones a aliviar la brecha económica que separa a ricos de pobres en nuestro país, de reestructurar las tasas impositivas que hacen que la mayor carga tributaria recaiga sobre los ciudadanos, que poseen menos recursos económicos.

Para terminar de alegrarnos la vida, expuso el último invento del gobierno, que de acuerdo a sus datos vamos a tener una migración a la inversa, que el 60% de salvadoreños residentes en Estados Unidos quieren vivir en El Salvador, que nuevamente vamos a ser sede del concurso Miss Universo, que como recuerdo para el ciudadano común representó desalojo de comunidades marginales para que no se vieran desde los hoteles en donde se alojaron las concursantes.

*Biólogo investigador

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