América Latina y el Caribe es la región del mundo en la que más descendió el promedio del índice de democracia entre 1998 y 2022, disminuyendo casi diez puntos porcentuales frente a los tres puntos de decrecimiento que acusa Europa occidental, Estados Unidos y Canadá, y los cinco puntos en Europa oriental.
En general, en la actualidad los partidos políticos latinoamericanos se mueven en un escenario de manifiesta banalidad, que tiene efectos en tres ámbitos diferenciados: la relevancia de los partidos como actores en el proceso de las políticas públicas, la devaluación de funciones clásicas partidistas en torno a la idea de intermediación y la debilidad de los partidos a la hora de incorporar a seguidores y de estabilizar su membresía.
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