Los sistemas tributarios de las naciones tienen por cometido la recaudación de los impuestos necesarios para el sostén del Estado, para invertirlos en elementales funciones como salud, educación, seguridad e infraestructura, procurando también aumentar el tesoro público.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
Para esto se sirve del aparato de recaudación tributaria cuya primera función es reunir información sobre los ingresos y egresos de las personas naturales y jurídicas, para luego y a partir de ello estimar lo que corresponde a cada uno aportar al estado.
Dos son los modelos de recaudación establecidos, el progresivo y el regresivo.
Un impuesto es regresivo cuando el tipo impositivo no varía según quién compre un producto o servicio, recaudando menos impuestos en la medida que el comprador detente mayores ingresos, e imponiendo una mayor carga tributaria a las personas de menores ingresos y, en consecuencia, derivando en una menor recaudación de impuestos.
El impuesto progresivo es lo opuesto, pues su tipo impositivo discrimina al contribuyente de acuerdo a sus haberes e ingresos, lo que redunda en una mucho mayor recaudación de impuestos.
El modelo salvadoreño es regresivo.
A este hecho debemos sumar el fenómeno de la elusión y la evasión, una suerte de deporte entre los sujetos de retención privilegiados, que supone una pérdida anual de $25, 000, 000. 00 como elusión, y otra cantidad similar como evasión, de acuerdo al BCR, MINEC y MINH, sumando aproximadamente $50, 000, 000. 00 cada año.
La banca multilateral por otro lado, FMI, BM y BID, han realizado estudios en los que han estimado entre los 46 y los $54, 000, 000. 00 anuales, lo que se puede apreciar en los diferentes informes del último lustro.
Para que tengamos una idea aproximada de lo que esta pérdida supone para las finanzas públicas, comparemos la cifra de arriba con el presupuesto del año 2022 que fue de $7, 967, 700, 000. 00.
Para colmo los responsables de este fenómeno, año con año son beneficiados con sendas amnistías fiscales, negando finalmente a las arcas estatales estos recursos.
Quienes somos sujetos de retención tributaria pasamos por otro lado, cada año con los apuros que supone entregar al fisco nuestras aportaciones, sin poderlas evadir, para lo que presentamos ante las entidades responsables la evidencia que prueba cuáles fueron nuestros ingresos en el año fiscal que finaliza. Entretanto los grandes evasores y elusores no solo trucan esa evidencia, pero además por la naturaleza de nuestro mercado, simplemente transfieren el IVA y demás impuestos a sus consumidores, agenciándose a su vez ese beneficio ilegal, e incrementando por esa vía de manera exponencial sus riquezas.
Así, el estado salvadoreño se ve abrumado por las necesidades de la población, recurriendo a las remesas y al crédito para responder, posponiendo así la obvia solución del problema: sustituir el modelo regresivo fiscal por el progresivo.
Cuando finalmente se imponga esta solución, se democratizará el sistema, y teóricamente la población se beneficiará con los recursos que antes se apropiaron los privados.
*Educador salvadoreño