La economía parece confirmarse como un elemento que complicará el escenario electoral en El Salvador pese a los buenos números que ofrece la seguridad al gobierno, estiman comentaristas internacionales.
Por: Luis Beatón
Las elecciones se efectuarán el 4 febrero con una intención de votos favorable al presidente Nayib Bukele, quien esta semana debe inscribir su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), y algunos factores, deberían alarmar a la cúpula gubernamental y al Partido Nuevas Ideas(NI).
Por ejemplo, resulta llamativo que en los siete últimos meses las exportaciones descendieron 495 millones de dólares, una caída acumulada del 8.9 por ciento hasta septiembre, aunque lo vendido creció un 0.7 por ciento, según las estadísticas del Banco Central de la Reserva.
De enero a septiembre, el país mando al exterior productos por cinco mil 050 millones, inferior respecto a los cinco mil 546 millones de dólares en el mismo período de 2022. Eso, para algunos es preocupante.
Como economía en desarrollo, preocupa además que las importaciones son 2.3 veces superiores a las exportaciones. Las compras al exterior sumaron 11 mil 752.5 millones de dólares, lo que muestra el desbalance entre compra y venta del país.
Otros elementos tal vez sean reflejo de crisis en la economía. Si la economía está bien no hay porque migrar del país hacia el principal destino, Estados Unidos, pese a informes gubernamentales que plantean una reducción de la partida de la población hacia el exterior.
Un ejemplo que tal vez muestra apenas una parte del problema. Datos de la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos señalan que en el último mes hubo un 24 por ciento más de salvadoreños detenidos en la frontera más que la media de otros países que fue de 15 por ciento.
Ese aumento no es indicativo de una buena situación económica pese a que el gobierno le resta importancia y destaca que la seguridad es beneficiosa para el avance del país, algo innegable pero que no se corresponde con la realidad que dejan ver las estadísticas.
La aprehensión de salvadoreños aumentó de seis mil 080 en agosto a siete mil 550 en septiembre, datos que fueron divulgados este sábado por la oficina de migración estadounidense. En julio pasado también subió 24 por ciento de tres mil 184 en junio a tres mil 953; y en 53 por ciento de julio a agosto.
Este es el menos doloroso de los indicadores en comparación con otros que tocan la vida de las personas, el hambre.
Como consecuencia del cambio climático y de políticas agrícolas poco efectivas, según expertos y organizaciones internacionales, se estima que casi un millón de salvadoreños enfrentan hambre.
Según la Mesa de la Soberanía Alimentaria, por ejemplo, el mes de julio 2023 cerró con la canasta básica más cara de la historia. En el área rural alcanzó 193.98 dólares (5.09 más que en junio 2023) y para la urbana 255.36 (4. 59 más respecto a junio de este año).
Como resultado de este alto costo de vida, al menos 1.8 millones de salvadoreños, 29.6 por ciento de la población se encuentran en situación de pobreza total, lo que significa que no alcanzan a cubrir ni la Canasta Básica CBA, ni la Canasta Básica Ampliada.
Sin dudas, la situación económica es complicada y hay que ver cuántos votos restará a Bukele cuando los salvadoreños vayan a las urnas en una competencia de vida o muerte con la seguridad, hasta hoy el indiscutible y principal logro gubernamental. (PL)