Hugo Parada*
¿Qué ocurre cuando Bukele llega al gobierno salvadoreño? La sociedad civil dominante trata de adueñarse de Bukele, al mismo tiempo, él busca el abrazo de esa clase dominante, se da entonces una subordinación, nace entonces el Bukelato. Aparece aquella tesis de Antonio Gramsci:
Una verdadera crisis histórica ocurre cuando, hay algo que esta muriendo pero no termina de morir y al mismo tiempo hay algo que está naciendo pero tampoco termina de nacer.
En ese espacio y en ese tiempo donde esto ocurre se presenta una auténtica crisis orgánica, una crisis histórica, una crisis total. El Salvador vive esa crisis, ante el agotamiento de los partidos FMLN y ARENA, surge un nuevo horizonte, fríamente calculado y desarrollado de forma maquiavelista en donde se ve involucrada esa vieja clase dominante, la que dio origen al partido ARENA y también logra explosionar al FMLN, surge entonces Nuevas Ideas.
El pueblo que durante treinta años fue escalando etapas, primero el descontento, luego el repudio para finalizar con el desprecio a esos partidos políticos tradicionales, es nuevamente cautivado. Logra entonces el Bukelato plantar la primera semilla, con 1.7 millones de salvadoreños que votan por ese nuevo sujeto político, obtiene el poder, posteriormente el poder total, con todas las instituciones del estado. El resto de ese pueblo que no se deja engañar se queda a la expectativa, esperando creer en esa nueva esperanza.
Sin embargo, el Bukelato muestra su verdadero rostro, sentados a la mesa con la vieja clase dominante, se desarrolla nuevamente una traición más este pueblo. Llegan entonces el aparato de propaganda del Estado, la iglesia católica, la religión, los medios de comunicación, maromeros y payasos, se moldea entonces el nuevo adormecimiento de masas y nuevamente este sufrido pueblo es engañado por un “MESIAS” que solo había encontrado lo que tanto había buscado: EL PODER.
Lo que nacía con Nuevas ideas, esa esperanza para un pueblo, nunca nació con Bukele, una vez más los sueños frustrados hacia este mismo pueblo que ahora está más abandonado a su suerte, entre reservas de información, nepotismo, corrupción, desidia y totalitarismo, se vive esa nueva crisis, la crisis de Nayib Bukele.
Queda entonces la esperanza en el pensamiento crítico, el sentido común de muchos actores de la sociedad civil y de algunos miembros partidos políticos que muestran un país posible en donde el resurgir del movimiento social comprometido, lleno de patriotismo, rescaten y alimenten esa esperanza “por ahora” debilitada.
Solamente la razón el amor a un pueblo, el deseo de consumirse en este pueblo, puede regresar esa esperanza, ya tocará pico y pala para arar esa tierra de la desventura, esa tierra pisoteada en el alma, en el sentir de ese pueblo que hoy vive su más amarga noche de democracia.
Será tiempo de valientes, de cordura, de ideas claras para poder decirle a este pueblo siempre la verdad. Calma y cordura, nervios de acero. Saldremos de esta crisis, para ello hay que recuperar la Asamblea Legislativa. Todos a votar por diputados patriotas, ahí están, ahí andan con la gente brindando esperanza para ya no permitir los inventos del Bukelato.
*Miembro del Movimiento Izquierda Salvadoreña (MIS)