“Cuando Israel pierde una guerra, es el fin de Israel”. Ben-Gurión
Por: Igor Iván Villalta Sorto*
La guerra no es únicamente trabar combate, existe una guerra económica, de propaganda, logística y diplomática. Estos y otros factores como el tiempo, se interaccionan y son vitales en conducir a las tropas hacia la victoria.
El engaño y la percepción de poder e imbatibilidad juegan un papel importante en moralizar a las tropas y a la población civil de toda la inseguridad que provoca la guerra. El considerar y considerarse en un ejército invencible proporciona una ventaja estratégica.
En nuestra historia las tropas que ante la población gozaban del prestigio de ser invencibles era la Guardia Nacional. En una ocasión, ya en guerra, una compañera pregunto a otro: ¿y a vos te gustaría ser guardia? el respondió: Me hubiese gustado serlo cuando andaban conquistando mujeres en el campo. Ahora no, los matan.
Las bajas en combate son importantes e influyen grandemente en mantener el mito de imbatibilidad o perderlo. Cuando el ejército israelí se vio superado por la incursión de Hamas, el mito de la imbatibilidad del ejército israelí comenzó a tambalearse, luego con la incursión terrestre a la franja de Gaza y las bajas sufridas por las tropas israelitas.
Principalmente por la trampa, diseñada por Hamas, en que murieron 24 miembros del ejército israelí.
Estos eventos hacen desconfiar en la conducción de la guerra, somete a grandes presiones al alto mando de las fuerzas sionistas.
Detengámonos un momento en los costos económicos, se calcula que cada día de guerra para Israel cuesta 250 millones de dólares, ya gastaron 25 mil millones de dólares en más de cien días que lleva la guerra en contra del pueblo palestino.
Netanyahu reacciona ante las presiones proponiendo una tregua para que cesen los bombardeos en contra de la población civil y la incursión terrestre por 60 días.
Uno se pregunta si considera Netanyahu que alguien le creerá el ofrecimiento. Y pide la entrega de los prisioneros civiles israelitas por las fuerzas de Hamas.
Cuando la liberación de los prisioneros era uno de los objetivos claves para la invasión a Gaza. Otro de los elementos fundamentales es el tiempo. A Netanyahu se le está terminando el tiempo, la presión mundial para que detengan la matanza de niños y mujeres palestinos hacen ver muy mal a los cómplices de genocidio, se les cae la careta de seres humanitarios que solo desean la paz y la democracia entre los pueblos, muchos ven comprometidas sus carreras políticas por el repudio y rechazo a la guerra.
Otro de los problemas que enfrenta Israel es que los colonos en Cisjordania se convirtieron en refugiados, las fuerzas productivas de la nación se encuentran en el casi medio millón de reservas, los miles y miles que han emigrado. Los problemas de movilidad poblacional se puede soportar por un tiempo, pero no todo el tiempo.
Además de los problemas causados por la invasión de Israel a la Franja de Gaza, las fuerzas hutíes, que reaccionaron en apoyo a los palestinos saboteando el paso por el mar Rojo de los barcos que se dirigen o proceden de Israel.
Este hecho ha tenido un gran impacto debido a que un transporte de carga lleva millones y millones en mercaderías y las compañías aseguradoras no van a tomar grandes riesgos.
Los hutíes en Yemen tienen décadas de estar luchando, conocen y controlan su territorio y han estado luchando en condiciones desfavorables por muchos años.
Estados Unidos e Inglaterra responden con misiles, pero eso no puede atemorizar a los hutíes, necesitan enviar tropas que pisen el terreno, en donde los hutíes poseen una vasta retaguardia estratégica.
El tiempo en la guerra es neutro y en la mayoría de los casos juega a favor del que resiste. Nuevamente recordemos nuestra guerra civil. Los dueños del poder, que siempre han sido los mismos.
Observaban a las fuerzas guerrilleras como un puñado de jóvenes peludos, “los nadie”, que el único armamento que portaban eran armas cortas y armamento casero. ¿Cómo estos individuos pretendían derrotar a un ejército profesional que contaba con todo el apoyo de los Estados Unidos, Israel y las dictaduras militares del continente?
Entonces se planteó una guerra de desgaste, que se dio en llamar, por las fuerzas guerrilleras, Guerra Popular Prolongada (GPP) y por los estrategas de Washington Guerra de Baja Intensidad. Dilatándose por doce años. En estos momentos, los que detentan el poder factico y formal han pasado a la ofensiva, diciendo que no ha existido tal guerra. Esa negativa histórica, propia de los regímenes dictatoriales, se hace para desvirtuar la más grande victoria popular en contra del dominio colonial.
Podrán negar los hechos todo lo que quieran, podrán borrar todo vestigio de los héroes y mártires que ofrendaron sus vidas por un futuro mejor. Lo que no podrán es borrarlo de la mente y de la conciencia de toda una nación que continua incansable dando la batalla histórica. Muchos cuestionan ¿para que la guerra? si no sirvió, ni se logró nada. Yo siempre les decía a mis estudiantes. En la ciencia uno siempre tiene que ver más allá de lo evidente.
Lo evidente, es que no sirvió de nada, la profundidad es que se trató de una gesta épica y gloriosa en donde los poderosos tuvieron que sentarse a negociar de verdad y si se puedo derribar la dictadura ayer, se podrá mañana.
*Biólogo investigador