Con el inicio del 2024, continúan los discursos de odio que proponen la eliminación de derechos y otredades. Que se intensifican entre naciones inmersas en conflictos bélicos y que deben menguar en la búsqueda constante de la erradicación de la discriminación por motivos de religión (López Delgadillo, 2023).
Por: Gabriel López Delgadillo*
Gobernar en las democracias americanas, implica circunscribirse a las obligaciones que se contraen en las naciones con los tratados internacionales. Con sólo un mes de este año, no son pocos los ejemplos de mandatarios y otros políticos (del continente americano o no) que proponen eludir sus responsabilidades para con su población, que favorecen a algunos y despojan a los demás con la carencia de sus posicionamientos. Que proponen el saqueo de las libertades constitucionales.
Compuesta por 32 países y creada el 14 de abril de 1890, la Organización de los Estados Americanos (OEA), se describe como la asociación regional de naciones “más antigua del mundo” (OEA, 1991). Entre sus objetivos está asegurar la solución pacífica de las controversias que surjan entre los estados miembros y organizar “la acción solidaria” de éstos en caso de agresión. “Cuando se estableció la Organización de las Naciones Unidas se integró a ella con el carácter de organismo regional” (OEA, 1991).
Desde el año 2022 este organismo aprobó el documento Promoción y protección de los derechos humanos donde recordó en el apartado XXV “que los Estados tienen la responsabilidad primordial de respetar, garantizar y proteger todos los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de conciencia y religión o creencia para todos, incluso para las personas que pertenecen a minorías religiosas o que no profesan ninguna fe, y que los Estados deben respetar la pluralidad de fes, religiones, creencias considerando el principio de igualdad y no discriminación para todos” (OEA, 2022: 175).
Este documento resuelve mediante cuatro puntos las acciones que se proponen a los países miembros para promover y proteger la libertad de conciencia y religión en sus territorios y que incluye a grupos religiosos minoritarios, étnicos y raciales. También, la protección de lugares de culto, sitios religiosos y culturales.
Lo anterior, se reafirmó con la Declaración de la Secretaría General de la OEA sobre la promoción y protección de la libertad de religión o creencia (2023). En dicho documento, se especifica que “garantizar la libertad religiosa o de creencia sigue siendo una responsabilidad fundamental de los Estados. Esto se traduce en marcos legales y políticas públicas que reconozcan la pluralidad de voces religiosas, de creencias y espirituales, que habiliten tratamientos y caminos de diálogo democrático, que den cuenta de la riqueza y diversidad del mundo de las creencias, y con ello, que impidan el privilegio o predominio de expresiones particulares e individuales sobre el resto (OEA, 2023). Los días pasados, la OEA y la Comunidad musulmana ahmadía argentina, celebraron “el apoyo de los movimientos religiosos y no creyentes en la adopción de principios de diversidad, inclusión y equidad” (Mi punto de vista, 2024).
Hoy, es importante la implementación legal y el respeto del derecho de libertad de religión y creencia acorde a lo establecido en nuestros marcos legales nacionales y tratados internacionales. El reconocimiento de estos derechos en las otredades de nuestros países. La promoción e institucionalización de la libertad de conciencia en nuestras sociedades globales.
*Investigador independiente – México