El destino

Mahatma Ghandi decía: “Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tu palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores y tus valores se convierten en tu destino”.

Por: Claudia Viveros Lorenzo

El destino no es más que el resultado de nuestras decisiones personales y el contexto en el que nos desenvolvemos. Siempre habrá manera de cambiar el rumbo de nuestras vidas. Obvio hay circunstancias que sí ya predeterminan, cartas con las que debemos aprender a jugar desde nuestro nacimiento, llámense, la familia, el status social, el lugar de origen, etc.

Pero estas pueden ser cambiadas con nuestro ahínco y tesón. Cada uno de nosotros somos los únicos dueños de nuestro destino y éste siempre debe estar muy sercano a nuestro propósito. Son como primos hermanos, que deben mantenerse cercanos e informados, porque al ser familia, siempre el uno con el otro estarán vinculados.

El destino no permite conformación. El destino es cuestión de querer. Tenemos la opciónde dar lo mejor de nosotros sin importar cuál sea la situación y sus adversidades. Las cosas no siempre serán como esperamosy no siempre podremos cambiarlas. Pero no lograríamos nada si no tomamos la desición de hacer algo, y esa decisión es 100% de nosotros.

Hay causalidades y casualidades. Y aquí aunque querramos a veces dar un toque místico a los sucesos que se nos presentan, es una realidad que no puede quedar de fuera el libre albedrío, el cual trabaja en complicidad con el instinto y la voluntad, aterrizando los hechos a nuestra propia realidad.

Ser dueños de nuestro propio timón nos llevará a ejercer responsabilidades, y es ahí donde si nos detenemos a analizar hechos y circuntancias podremos adquirir aprendizaje.

Hay una película buenísima, que ya tiene sus años, de nombre “El destino tiene dos caras”, protagonizada por la bellísima Miroslava y dirigida por Agustín P. Delgado, que retrata una situación bastante común -luego de ser abandonado, un médico brillante que alguna vez fue, se convierte en un alcóholico.

Luego de perder a un paciente, huye lejos escondido en un barco para olvidar su vergüenza. Así termina presenciando la muerte de un hombre muy parecido a él mismo y decide tomar su identidad para comenzar de nuevo.

Pero el difunto no era un pan de Dios: de hecho, quienes lo mataron aún lo buscan, mientras su esposa e hija no atinan a comprender el cambio en su carácter- el importor toma una identidad que no es suya y su decisión por más que parecía fácil, le acarrea cosas y situaciones impensables, pero sin duda, todo fue a raiz de su decisión de obrar en la vida de otro. Se pudo quedar como estaba, pero apuesta y eso cambia el rumbo de todo un entorno, la invito a verla, la encuetra en youtube.

Este es un gran ejemplo que nos puede llevar a reflexionar que hacemos para escribir nuestra historia y como afrontamos el guión de nuestra propia película.

Si te gustó, compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial