La mentira deseada

Hace más de cuatro décadas Humberto Eco hablaba de que estaba conformándose en la sociedad un fenómeno que él llamaba “la noticia deseada”.

Por: Miguel Blandino

Con ese concepto Eco se refería a lo que estaba ocurriendo en el seno de una creciente multitud a la que no le interesa saber la verdad, sino escuchar lo que sus oídos quisieran oír, leer lo que en sus mentes les gustaría que fuera la realidad y asistir a espacios en los que todas las personas opinaran lo que ellos mismos querían creer.

Se trata de una necesidad de conseguir el reforzamiento de las creencias personales por encima de cualquier evidencia en sentido contrario.

A los integrantes del culto se les pueden mostrar las pruebas, incluso llevarles en un avión a la estratosfera para verificar la redondez del planeta, y al aterrizar van a volver corriendo a su grupo para que les afirmen en su convicción de que la Tierra es plana.

Canten pues conmigo aquel viejo bolero: “Voy viviendo ya de tus mentiras / Sé que tu cariño no es sincero / Sé que mientes al besar y mientes al decir “te quiero” / Me resigno porque sé que pago mi maldad de ayer / Siempre fui llevado por la mala / Es por eso que te quiero tanto / Mas si das a mi vivir la dicha con tu amor fingido / Miénteme una eternidad que me hace tu maldad feliz.”

Con dos guitarras y un par de maracas los tríos o los solistas cantaban esos versos en las calles del centro, cuyas letras se sabían todos aunque no tenían radio, porque podían aprenderlas mediante la lectura del Cancionero Picot.

Medio siglo antes de que el famoso semiólogo y filósofo italiano lo escribiera ya era popular a través de la canción mexicana el conocimiento acerca de esa patológica realidad de la mentira deseada. Armando Domínguez Borraz fue el autor mexicano de esas letras reveladoras de algo que ya entonces era por demás antiguo, muy antiguo.

Claro que no es lo mismo si lo dice Lucho Gatica allá en Sudamérica a través de un bolero que si lo dice el libro académico de un intelectual allá en Europa. Vale lo que dice el europeo o el gringo ¡Ja ja qué ridiculez!

La profesora Carolina Escobar Sarti, en su artículo Miénteme más: marca de fábrica reflexionaba el 2 de enero de 2020 en la sección de opinión Aleph de Prensa Libre de Guatemala “¿acaso no aceptamos mentiras que vienen por igual de los amores los gobernantes o de ciertos líderes religiosos porque nos hace su maldad feliz? ¿No hay en ello un persistente masoquismo?

Pero no estamos ante un pleito de vedettes que pretenden ser la que lo dijo primero sino ante un hecho de la vida que en estos tiempos de tan generalizado se ha naturalizado, al colmo de que ya no es para nada evidente… Nada diferente del loco que no sabe que está loco o del ignorante que no sabe que no sabe.

Vamos a los datos –hoy está de moda la afirmación de que “dato mata relato”-. La familia gobernante en El Salvador ejecuta un gasto multi millonario –dentro de las fronteras salvadoreñas y en el resto del mundo- para dar la impresión de que existe una realidad virtual que es más real que la realidad real. Para ello tiene ejércitos de servidores –nunca mejor denominada esa recua de sirvientes- dedicados a multiplicar las versiones que hora tras hora redactan en un comando central de propaganda.

Este dato fue publicado en noviembre de 2022 por la Agencia Reuters de Gran Bretaña. La periodista Sarah Kinosian dio a conocer los resultados de una profunda y extensa investigación, según la cual centenares de personas trabajan en instalaciones del gobierno salvadoreño produciendo notas falsas para enaltecer al gobernante y para insultar y atacar a sus críticos.

Por un sueldo mensual de seiscientos dólares estos empleados pasan todas las horas de su día laboral consiguiendo seguidores ficticios del gobernante a través del elogio de sus políticas falsas y obras de ficción. La propaganda cubre las 24 horas del día y los 365 días del año, sin tregua.

Otro de los “trabajos” que realizan estos empleados del gobierno es el de “reportar y presentar quejas contra las publicaciones de esos críticos con el propósito de que las plataformas cerraran sus cuentas”, según Reuters.

Muchas de esas actividades se realizan en oficinas gubernamentales y son supervisadas directamente por funcionarios del gobierno, entre ellos un ministro que no está relacionado ni con el equipo de comunicaciones o prensa de casa presidencial ni con los medios de comunicación del estado, según la investigadora.

Asimismo, Kinosian dio a conocer que existen granjas de troles cuya única función es la de crear millares de cuentas falsas de tuiter para bukele y su partido Nuevas Ideas.

Reza el documento que la estrategia de bukele consiste en “inundar con propaganda, demonizar a las instituciones encargadas de desacreditar esa propaganda –la prensa libre y la sociedad civil-…” imponer la agenda, reprimir la disidencia y establecer una atmosfera de terror permanente.

Al conocer la publicación de la agencia británica, la administración estadounidense manifestó su preocupación por el peligro de contagio de estas estrategias y que estas fueran “utilizadas por otros actores en otras regiones”.

Eso exactamente es lo que ha ocurrido: Daniel Noboa, en Ecuador, y Javier Milei, en Argentina ha seguido palmo a palmo la misma ruta y el mismo guion.

El éxito absoluto tiene un componente tecnológico que consiste en la utilización permanente de los más modernos recursos de comunicación que penetran profundamente y abarcan todos los espacios, además de los analógicos.

Otro elemento tiene que ver con la convicción personal de que es preferible repetir como perico inconsciente la propaganda oficial, antes que exponerse a la represión brutal de los agentes del régimen que son absolutamente inescrupulosos y cuentan con la aquiescencia y respaldo presidencial, cuando no actúan directamente obedientes a sus órdenes expresas de asesinato y desaparición. Son esos los oprimidos por el terror estatal.

Además, aunque muchos saben que nada en el reino de la mentira tiene existencia real, ni aeropuertos, ni satélites, ni plantas nucleares, ni trenes bala, nada, sí que saben que es de su interés directo la persistencia del poder en manos de los bukele, simplemente porque son sus agentes de policía, sus soldados, sus carceleros, en fin, sus empleados, y el salario del que se mantienen en la casa se los paga el tirano. Son, en la mayoría de los casos, los que escogen la fe antes que la moral. Piensan que basta con creer en dios para limpiar de sus vidas toda la inmoralidad cometida y permitida en favor del tirano.

Pero, también opera un mecanismo de patética defensa de la autoestima: porque a nadie le gusta ser timado. Nadie quiere que todo el mundo al que en 2019 le gritara en la cara con toda la potencia de su fanatismo: “¡soy orgullosamente nayiliber!”, hoy lo escuchen decir su arrepentimiento con un gemido lastimero. Y menos si se trata de un orgulloso universitario.

Hoy, la única universidad gubernamental agoniza estrangulada por las manos de bukele. Ya el mes de marzo los administradores de la UES tuvieron que despedir sin ningún aviso a todos los profesores auxiliares. Este mes ya no podrán pagarse ni los recibos de la luz e internet ni los del agua. Para los proveedores de bienes y servicios el único camino es el de los tribunales para procurar por la vía judicial el pago de las facturas morosas.

Traigo a cuentas el calvario y la agonía de la Universidad de El Salvador porque fue en ese lugar en donde bukele hizo la única aparición pública como candidato presidencial en 2019, en la que presentó una inolvidable lista de ofrecimientos concretos.

Prometió incrementar el presupuesto a la UES hasta convertirla en la de los mayores recursos financieros de América Central. Nominalmente el presupuesto anual de la Universidad de El Salvador es de 130 millones de dólares, pero desde hace tres años apenas se le entregan alrededor de 70 mdd. Eso representa 102 millones de dólares menos que lo que Daniel Ortega le da anualmente a la UNAN, es decir, menos de la mitad. Honduras presupuesta 560 mdd cada año para su universidad.

Y, la relación con los fondos gubernamentales que le da a su universidad el gobierno de Costa Rica, la limosna de bukele es simplemente vergonzosa: los ticos le destinan anualmente mil doscientos treinta millones de dólares (1,230 mdd), o sea 18 veces más.

Pero me detengo en esa única promesa. De las demás, no vale la pena ni hablar y perder el tiempo miserablemente.

Si se supone que en las universidades se reúnen las mentes más potentes y los espíritus más críticos de una sociedad, y desde la UES no se oye ni una crítica al régimen que asesina la educación, la ciencia, la técnica y la cultura, la infamia es lo que brinca de inmediato al pensar en esa institución que va por la vida cantando “Miénteme una eternidad, que me hace tu maldad feliz”: universidad infame.

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