Todos hemos leído estas obras y su propuesta distópica de mundos en los que el control estatal sobre la soberanía humana es tan feral, que ha quebrado su voluntad y se lo somete sin apenas una queja.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
De entre ambos el primero nos ofrece una esperanza, más humana que esperanza, pues es solo su personaje central, apenas un don nadie, quién desde el silencio y el temor, se opone al paroxismo del régimen y su locura de orden.
En la 2ª obra, el héroe, de cara al abandono, la mediocridad, la soledad que supone aquel orden deshumanizado, opta por el camino en el que, hartado de caminar solo, se rinde y suicida.
Ambos describen con cruda locuacidad la caída del hombre, la desaparición de los valores humanos, la extinción de la libertad.
Ambos regímenes de las obras se suscriben a gobiernos centralizados, tecnocráticos, manipuladores y caprichosos, para quienes la humanidad ya no existe, sino solo el recurso humano, una mera herramienta sometida y esclava cuyas pasiones han sido superadas por el temor a la represión, rompiendo los lazos que antes les hermano, y que, dentro de la visión de estos regímenes, debe incluso someter su reproducción.
Clave para lograrlo es el establecimiento de una estrategia de comunicación que niega las grandes problemáticas que desafían a estas sociedades, con maromas tales como proponer temas de conversación que domina la opinión pública durante cierto tiempo, mientras imponen otro tema, también propuesto por el régimen, dirigido a distraer la opinión pública, a posponer permanentemente los grandes desafíos que detentan, mientras la población al menos en su mayoría, abraza cada temática que le llega con entusiasmo renovado, sin caer en la cuenta que son simples distractores.
Siendo más felices por ello porque por aquellas distracciones, no queman neuronas en las problemáticas concretas que les afectan.
En suma, idiotizando a la población mediante banales temas de conversación sin sustancia que los evaden de la realidad.
Así por ejemplo nos dicen desde el régimen que tendremos un satélite, o que estamos ya cosechando beneficios económicos, como consecuencia del desarrollo de energías alternativas, o que atraeremos luminarias académicas facilitándoles la migración, etcétera, es decir, bulos, con los que entretener a los más que en cambio no abordarán el tema del uso electorero además de personal de los fondos de pensiones por parte del oficialismo, la rampante corrupción practicada por este en todos los niveles estatales, la desinstitucionalización, el endeudamiento sin paralelo en nuestra historia, sin que ello suponga la generación de infraestructura, empleo, o ninguna otra inversión pública, etcétera.
Porque el ciudadano es feliz en su ignorancia según esta tesis, y no supondrá ninguna amenaza para el régimen y sus intenciones, por lo que el blen es sencillamente seguir ideando otros temas que igual sean falsos, y lo sigan manteniendo distraído en diatribas vacías, incoherentes y sin valor ninguno.
Sumando más mentiras a las ya establecidas, haciendo más fácil desvalijar al país.
Quebrando la voluntad de los más en favor del caudillo.
* Educador salvadoreño